En el artículo anterior hablamos sobre las afirmaciones positivas, estas son una de las herramientas que utilizo cuando caigo en el hoyo negro, ese en el que no siento ganas de hacer nada, en el que pienso que todo me sale mal, en el que me enfoco en lo negativo… puedo suponer que igual que a mí, a ti también te pasa de vez en cuando. Lo importante como mencioné en el artículo anterior, es frenar esta bola de nieve lo antes posible. El turno hoy es para la segunda herramienta, yo la llamo la meditación presente.

Actualmente está muy de moda meditar, todos hablan de eso y realmente es importante. Para esto solemos buscar un espacio en el que podamos estar en calma, posiblemente encenderemos una vela, tendremos aromas relajantes, los ojos cerrados… ¿Tenemos a nuestra alcance esta posibilidad cada vez que la necesitamos? La respuesta es no, la mayoría de las veces que experimentamos un reto estamos en la calle o interactuando con las demás personas. Entonces, ¿Qué podemos hacer?

Es evidente que sacar el buda y comenzar a repetir mantras para relajarnos, aumentar nuestra energía y estar en paz no es una posibilidad; por esta razón la meditación presente es vital, esta será la que nos ayude a alejarnos del bucle de pensamientos negativos o suposiciones en el que hayamos podido caer y que nos roba toda nuestra energía vital.

¿Qué es la meditación presente?

Te has preguntado alguna vez ¿En que lugar puedes actuar y transformar tu vida? La verdad es muy simple, solo puedes actuar y transformar tu vida en el aquí y el ahora. El problema está en que la mayor parte del tiempo nuestro cuerpo está aquí y ahora y nuestra cabeza está en cualquier otro lugar.

Por ejemplo si estamos en la oficina en vez de estar ahí, estamos pensado en la hora a la que vamos a salir o en la basura que no sacamos en la mañana; si estamos de viaje con nuestra pareja, estamos pensando en todo el trabajo que tenemos acumulado para el lunes. Así se nos van los días, viajando mentalmente al pasado o a un futuro imaginario, sufriendo por cosas que no han sucedido y que posiblemente no sucedan nunca, y lamentándonos por lo que ya no podemos cambiar en vez de hacernos responsables, tomar acción y corregirlo.

Quiero aclarar que tener sueños y metas es positivo, son ellos los que nos dan la energía para actuar en el presente. También es importante comprender que remitirnos al pasado para traer recuerdos bonitos o para hacernos conscientes de errores que hemos cometido es una de las mejores herramientas de evolución que tenemos. La disfunción se presenta cuando ese pasado recurrente o ese futuro imaginario producen sensaciones, emociones, sentimientos, o cualquier cosa negativa en nuestro interior porque hace que nuestra energía vital descienda y comenzamos a ver todo negro.

La meditación presente consiste en que el cuerpo y la mente estén en el mismo lugar, de esta manera podremos dejar a un lado pensamientos o ideas imaginarias negativas y concentrarnos en lo que podemos gestionar, hacer o disfrutar en este instante.

Para conseguirlo lo que necesitamos es comenzar a afinar nuestro sentidos y estar atentos a los estímulos que nos reportan en todo momento. Cuando vamos a meditar, usualmente cerramos los ojos y lo primero que hacemos es concentrarnos en la respiración, en la meditación presente permaneceremos conscientes de nuestra respiración y de toda la información que estamos recibiendo del entorno a través de nuestra vista, olfato, tacto, gusto y oído.

Usualmente no nos percatamos, pero cuando nos concentramos realmente en lo que está sucediendo podemos sentir el viento al tocar nuestro rostro, el abrigo que nos brinda el sol en el invierno, el sonido que hace una hoja de papel o un bolígrafo al hacer contacto con ella. Al estar presentes los sabores de los alimentos se vuelven majestuosos, la infinidad de colores y formas que nos rodean a diario se convierte en un paisaje de formas, comenzamos a sentir un olor particular en cada persona, aumenta nuestra capacidad para encontrar la belleza y todo lo positivo que hay a nuestro alrededor…

Lo anterior nos permite empezar a disfrutar eso que antes pasábamos por alto y que al no valorarlo sentíamos la necesidad de estar y anhelar otro lugar para encontrar emoción o excitación.

Cuando nuestro cuerpo y nuestra mente están en el mismo lugar, ganamos objetividad, sortear la vida se hace más sencillo porque tenemos la capacidad de conocer toda la información y así tener en cuenta todas las variables.

Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

Video de 60 segundos sobre el tema

“La verdadera meditación es sobre estar totalmente presente con todo, incluyéndola incomodidad y desafíos. No es un escape de la realidad” Craig Hamilton

Foto: fotolia.com