En muchos de mis artículos hablo sobre cómo nuestros pensamientos e intenciones generan las experiencias que vivimos, hoy me gustaría analizar cómo nuestras palabras, se convierten en decretos y nuestros decretos a su vez generan nuestra realidad. Alguna vez te has detenido a pensar: ¿Que me digo a mí y a los demás? ¿Cómo lo que digo influye en ti y en los otros? o ¿Cómo cada palabra que expreso en mi presente se manifiesta en mi futuro? Hoy me gustaría que tú y yo reflexionáramos sobre el tema.

He tenido la oportunidad de compartir con todo tipo de personas en mi vida de diversas edades, culturas, países, religiones, profesiones, razas etc; he percibido que aunque cada una ha crecido en entornos distintos y bajo parámetros sociales y creencias diferentes, todos y me incluyo, hacemos afirmaciones negativas sobre nosotros, sobre el entorno y sobre los demás. Escucho a muchas personas decirse a si mismas cosas como: «Estoy gordo, soy feo, no soy capaz, me da miedo, no tengo dinero, atraigo personas desagradables, etc.»

Las palabras que hay en nuestra mente o que salen por nuestra boca, son semillas que en determinado momento germinarán. Ahora bien, si nuestra mente tiene el hábito de expresar afirmaciones negativas, nuestro inconsciente termina por creérselas y en ese momento la información que enviamos al universo y al entorno aunque no nos guste, comienza a hacerse realidad.

Generando decretos positivos

Presencia

La presencia es la herramienta más eficaz para controlar nuestras palabras, si estamos atentos y alerta en el momento presente, seremos conscientes de lo que estamos expresando y podremos corregirlo o quitarle valor a las afirmaciones negativas.

Tu Realidad no es mi Realidad

Cuando estemos rodeados de personas y escuchemos expresiones o nos digan algo a lo que no queremos darle poder, podemos repetir mentalmente la siguiente frase: “Eso sucede en tu realidad, no en la mía» y posteriormente realiza una afirmación positiva”. Por ejemplo si escuchamos a alguien decir que las personas son mentirosas, expresaremos mentalmente: “En tu realidad pueden ser mentirosas, en la mía son sinceras y transparentes”, de esta manera no permitiremos que las palabras de la otra persona contaminen nuestra mente.

Aceptar los cumplidos

Si alguien nos halaga, no sintamos vergüenza o neguemos lo positivo que dicen haciendo una afirmación negativa. «Aceptemos con gratitud los comentarios bonitos que nos hacen los demás y convirtámoslos en parte de nuestra realidad».

Modifica nuestras palabras

En vez de hablar o expresarnos de forma negativa, intentemos siempre hacerlo de manera positiva. No veamos el vaso medio vacío, intentemos verlo medio lleno. «En vez de expresar frases como: no sé, mejor digamos, estoy aprendiendo”.

Hacer afirmaciones en tiempo presente

Al decir “quisiera que” o “me gustaría que”, sin darnos cuenta estamos afirmando que en este momento hay ausencia de eso que queremos o nos gusta. Construyamos nuestras frases como si lo que deseáramos ya estuviera sucediendo. Por ejemplo: «Atraigo personas maravillosas a mi vida, vivo en armonía y abundancia, mis resultados son excelentes, consigo todo lo que deseo».

Constancia y firmeza

Para que nuestras palabras se hagan realidad, es importante que creamos que en verdad se están haciendo realidad y que permitamos que la semilla germine. No nos desanimemos si las cosas no suceden de forma inmediata, todo lleva su tiempo y si confiamos en que nuestros decretos se materializarán, con seguridad así será.

Desapego al resultado

Es muy importante que no nos apeguemos a un resultado específico, el camino para llegar a un lugar no siempre es el mismo, permitamos que la vida nos brinde lo mejor para nosotros. Algunas veces lo que desde nuestro concepto es mejor, no es lo que nos conviene. No nos cerremos a circunstancias determinadas porque bloquearemos la energía creadora, «Permitamos que las cosas fluyan».

Disfruta el camino

En el camino hacia nuestros sueños están todas las respuestas y señales que necesitamos saber, analicemos el sendero que recorremos y aprendamos de las experiencias.

El espejo

Si experimentamos algo que nos produce dolor o rechazo miremos hacia nuestro interior, eso que nos molesta es algo que debes modificar dentro de nosotros para generar circunstancias distintas, recordemos que no podemos pedir lo que no hemos dado. “Como es adentro es afuera”

Intención pura, dar y agradecer

Si nuestra intención es pura, si hemos aprendido a dar sin esperar nada a cambio y si somos agradecidos, podemos confiar porque nada saldrá mal en nuestra vida. «El Poder de la Intención».

 

No niegues la verdad de tu interior, la única manera de sanarla es reconociéndola y aceptándola. Cada vez que te resistes a algo le das más fuerza. Suelta el lastre y comienza a fluir con la belleza de la vida. No tengas prisa, la belleza está en el aprendizaje del proceso, ¡disfrútalo!, disfruta de todo lo que te rodea, de la gente, la naturaleza y las experiencias. Si aprendes a apreciar la realidad por lo que es, verás la verdad y podrás convivir en armonía con todo y con todos.

¡¡¡TODOS SOMOS UNO!!!

Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

«Miles de velas pueden encenderse con la llama de una sola vela, y la vela no disminuye. La felicidad nunca disminuye al ser compartida» Budha

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