No sé si se han dado cuenta pero el coronavirus ha llegado para cambiar nuestro estilo de vida, hasta hace unos días en lo único que pensábamos era en los planes que íbamos a hacer el fin de semana, en las personas con las que queríamos compartir, en las cosas que deseábamos comprar, en el viaje del verano… STOP.

Suelo buscar lo positivo dentro de lo negativo y, aunque sé que en este caso es difícil, desde mi punto de vista lo que esta situación puede aportarnos es el retorno a nosotros mismos, lograr depurarnos y comenzar a prestar atención a lo que realmente importa.

Nuestra vida está enfocada en el exterior, en todo lo que nos ofrecen los demás o el entorno, en el ocio, en el consumo; ahora tenemos la posibilidad de volver a lo esencial, de hacer introspección, de aprender a gestionar nuestra mente para que no nos juegue malas pasadas, de expresar lo que realmente es el amor a los demás privándonos de su compañía, de aprender a valorar a todas las personas, de ser solidarios, etc.

Hemos olvidado esto porque todo el tiempo buscamos estar distraídos con amigos, familiares, en bares, fiestas, restaurantes, comprando, viajando, etc. sin percatarnos de que para poder disfrutar y valorar lo que hay afuera y a su vez de ofrecer lo mejor de nosotros a los demás, primero debemos ser felices con nosotros mismos. La pregunta es: ¿Lo somos? ¿Somos felices con nosotros mismos? Pues esta es la oportunidad de verificarlo y si no lo somos, de comenzar a hacerlo.

Puede que al principio sea duro, quiero recordarles que por nuestra cabeza pasan más de 60.000 pensamientos al día de los cuales entre el 80 y el 90% son negativos. De ahí proviene nuestra necesidad de permanecer en el exterior, ocupados, haciendo actividades con mucha gente, porque así no tenemos que escucharnos, recordemos que en ocasiones podemos ser nuestros peores enemigos.

Si lo analizamos bien, en vez de estar solucionando el problema de base que sería aprender a gestionar nuestro pensamiento, lo que hacemos es ponernos tiritas y empeorar la situación porque si necesitamos tanto del exterior, todo lo que suceda afuera afectará nuestro estado de ánimo.

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Un buen comienzo para solucionar el problema está en redirigir nuestro pensamiento cada vez que nos produzca frustración, malestar, dolor, sufrimiento, rabia, etc. Si quieres saber cómo hacerlo haz clic aquí.

Ahora podemos comenzar a reinventarnos, a hacernos un poco más independientes, aprovechemos está situación para fortalecer nuestra mente.

No quiero ser malinterpretada, somos animales sociales y compartir con los demás es de las cosas más bonitas que tiene la vida pero ojo, si una persona tiene equilibrio emocional y paz interior, se sentirá bien con o sin los estímulos externos.

Cuando este tiempo de aislamiento termine “dure lo que dure”, estoy segura de que algo habrá cambiado en nuestro interior, nos habremos fortalecido mentalmente, habremos aprendido a valorar más a quienes nos rodean, seremos más solidarios, menos materialistas, emocionalmente más independientes…

Este es un reto que se nos presenta a todos, pensemos por un momento en todas esas personas que tienen que seguir saliendo de sus casas para que a nosotros no nos falte nada y para que estemos bien, quizás ellos desearían estar en nuestro lugar y poder quedarse en casa.

Si te sientes aburrido lee; si necesitas ejercitarte salta la comba, haz bici estática, yoga; si te sientes triste, analiza de dónde viene esa tristeza, pregúntate ¿tengo todo lo que necesito? ¿corre mi vida peligro? Y si las respuestas son negativas entonces date cuenta de que eres un afortunado y agradécelo; ¿te sientes solo?, busca el origen de esa soledad porque está dentro de ti y ocúpate en algo que te aporte, audiolibros, charlas y conferencias interesantes; necesitas compartir con alguien, llama a esa persona que deseas ver y exprésale tus sentimientos.

No podemos cambiar la situación, pero sí podemos cambiar la forma en que la afrontamos, esa es nuestra responsabilidad.

© Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

«La paz viene de adentro, no la busques afuera» Buda

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