En el artículo anteriorhablamos sobre cómo cambiar la forma en que percibimos la crítica para convertirla en nuestra mejor aliada. El día de hoy hablaremos sobre cómo podemos recibir una crítica para sacarle provecho, y en el siguiente sobre cómo dar críticas, observaciones y feedback de forma asertiva.

Hay varios motivos por los cuales rechazamos una crítica, pero el principal radica en nuestra baja autoconfianza y en la falsa idea de que solo siendo perfectos seremos aceptados. Como ya lo he dicho varias veces, esta falsa creenciase interioriza en la niñez porque al hacer algo indebido o sacar malas notas, usualmente somos juzgados o castigados; de ahí que nuestra percepción del error y de los defectos sea negativa. Esta idea nos empuja a querer esconder nuestras faltas o negarlas con el fin de adecuarnos a la imagen de lo que nosotros creemos perfecto. Tengamos en cuenta que si cometemos errores y los escondemos o si recibimos críticas y las rechazamos o negamos, estamos tirando a la basura una gran herramienta de cambio.

Imagina por un momento que apareces dentro de un vehículo, eres su ocupante y quien lo conduce, pero nunca lo has visto por fuera y no puedes bajarte a verlo. No sabes cual es su color, la forma de sus ruedas, el diseño de sus luces, el número de matrícula, los arañazos que tiene, o los golpes que hay, etc. Lo único que te conecta con el exterior es el cristal panorámico a través del cual puedes observar a los otros coches. En resumen tu puedes ver el color, el número de matrícula, etc. de los demás pero no el tuyo y viceversa.

Con esta metáfora a lo que quiero llegar es a que entendamos que muchas veces lo que para nosotros es inconsciente, para los otros es evidente. Entonces ¿por qué no escucharlos? ¿Por qué no reflexionar sobre las observaciones que nos dan quienes nos rodean y se relacionan con nosotros? ¿Por qué no tenemos la capacidad de aceptar y analizar nuestros errores para poder corregirlos?

“Poniendo las críticas a trabajar a nuestro favor”

1.   Analiza el origen y sus fundamentos

Somos nosotros quienes elegimos si algo nos impacta de forma negativa o positiva. Lo más importante a la hora de convertir una crítica en algo constructivo, es analizar muy bien su origen y la intención de nuestro interlocutor.

Algunas críticas son malintencionadas o tienen un tinte de manipulación, estas suelen venir de personas que sienten la necesidad de controlarnos y maltratarnos, o simplemente de personas que sienten la necesidad de hacer comentarios negativos a los demás para sentirse bien con ellas mismas. Ahora bien, algunas críticas están muy lejos de querer dañarnos y más bien lo que buscan es abrirnos los ojos frente a comportamientos, actitudes, hábitos… inconscientes que en vez de producirnos bienestar nos dan resultados negativos.

Para poder identificarlas tenemos que ser perspicaces, ya no solo por nuestro interlocutor sino porque muchas veces nuestra necesidad inconsciente de ocultar nuestras equivocaciones es muy fuerte, y entramos en la negación como les comenté en el artículo anterior. Una de las mejores maneras de saber si un comentario es bien intencionado, es analizando con mucha atención, humildad y capacidad de autocrítica los fundamentos de la observación que nos están haciendo.

No sé si alguna vez te has preguntado o afirmado cosas como: ¿Por qué siempre me pasa lo mismo? ¿Por qué tengo mala suerte? Estoy cansado o cansada de repetir la misma situación, otra vez no… Lo cierto es que si nos pasa lo mismo con diferentes personas y en diferentes aspectos de nuestra vida, está claro que algo no estamos haciendo tan bien y debemos corregirlo.

2.    La perfección no existe

La perfección además de innecesaria es muy subjetiva, lo que es ideal para ti quizás no lo sea para mí. Ya no somos niños, es importante que comprendamos que atraemos a los demás no por nuestra “perfección”, sino porque se sienten a gusto con nosotros, porque encuentran puntos en común, porque disfrutan compartir su tiempo con el nuestro, porque somos humildes, generosos, agradables…

Todos sabemos que en cualquier tipo de relación ya sea laboral, familiar, afectiva, de amistad, de colaboración, etc. siempre habrá diferencias y para solventarlas lo primordial es tener la capacidad de escuchar a nuestro interlocutor con el fin de llegar a acuerdos.

3.    Escucha, pero escucha de verdad

No escuchamos de forma activa, usualmente cuando nos hablan estamos pensando en qué responder para justificarnos, para quedar bien o para lo que sea, sin darnos cuenta que al hacer esto nos perdemos del 70% de lo que nos están diciendo y esto lleva a malos entendidos y conflictos.

Escuchar activamente significa que en vez de estar pensando en otra cosa, estamos observando a nuestro interlocutor con atención para ver su lenguaje corporal, permitiendo que cada palabra que dice entre en nuestra mente con el fin de analizarlas y reflexionar sobre ellas. En el momento en que nos ponemos a la defensiva por “intentar mantener nuestra imagen de perfección para ser aceptados”, estamos permitiendo que nuestro inconsciente y nuestras emociones nos controlen, desaprovechando información que puede ser muy valiosa ya sea para que a través de argumentos valiosos podamos explicarnos, o para utilizar la información que hemos recibido y poder corregir lo que sea que esté dañando a los demás y por ende a nosotros mismos.

4.    Olvida el pasado y trabaja en tu presente

El pasado no puede ser corregido, a él solo debemos remitirnos para analizar hechos y circunstancias y poder así transformar lo que sea que esté minando nuestra vida y nuestras relaciones.

Cuesta mucho recibir críticas cuando nos quedamos viviendo en lo que ya no tiene solución. La idea realmente es analizar lo que ha pasado para en el presente no repetir las mismas actitudes, acciones, hábitos, etc.  negativos, con el fin de no generar los mismos resultados en el futuro.

Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

“Cambia tú y cambiará tu mundo”

FOTO: FOTOLIA.COM