Después de los dos artículos anteriores, ¿Por qué me afectan las críticas? y ¿Cómo convertir las críticas en mis mejores aliados? llega la 3ª parte, esta consiste en cómo podemos hacer comentarios asertivos a los demás con el fin de ayudarlos a hacer consciencia de comportamientos que pueden estar haciéndoles daño.

Es importante que tengamos en cuenta que no podemos ir por la vida siendo críticos con todos, no somos quienes para reformar a nadie porque todos cometemos errores y porque al final es mejor concentrarnos en nosotros mismos. Ahora bien, si vemos que alguien a quien apreciamos o queremos comete el mismo error una y otra vez y nos pide ayuda o tenemos la confianza para ayudarlo, podremos hacerlo no solo dándole apoyo, sino ayudándolo a ver errores que puede estar cometiendo de forma inconsciente.

Como vimos en los artículo anteriores, cuando alguien nos hace un comentario sobre nosotros (crítica), solemos responder de forma muy negativa adoptando una actitud defensiva. Esta actitud es automática y viene una falsa creencia que se imprime en nosotros desde la niñez (si no eres perfecto y te adaptas a lo que la sociedad te exige no serás aceptado), explico esto con más detalle en la 1ª parte. Al ponernos a la defensiva nos concentramos en esconder o justificar nuestro errores, y es ahí cuando perdemos la oportunidad de analizar lo que nos están diciendo con el fin de ver si es cierto y si corrigiéndolo podemos cambiar los resultados que nos producen frustración.

Cómo hacer una crítica constructiva

4 filtros iniciales

La historia de los filtros de Sócrates no es esta, pero me he basado en ella porque siento que puede ayudarnos mucho para determinar a quién podemos hacerle una crítica constructiva o dar feedback y a quién no.

  1. ¿QUIÉN ES LA PERSONA?: ¿Es importante para nosotros nuestro interlocutor? ¿Somos importantes para nuestro interlocutor? ¿Tenemos una relación cercana?

Importante: Si en algún momento vamos a hacerle un comentario a alguien, es vital que tengamos en cuenta que no somos los reformadores del planeta y que mucho menos somos perfectos. Si vamos a hacer una crítica debe ser porque la persona en cuestión es muy importante para nosotros y no queremos verla sufrir o porque nos pide ayuda.

  1. ¿ES VERDAD?: Este punto tenemos que analizarlo muy bien, recordemos que vemos la realidad a través de nuestros lentes y cada uno tiene los suyos propios, no podemos hablar desde la suposiciones o desde los yo creo que. Para poder saber si algo es verdad o no, tenemos que analizar cuántas veces nuestro interlocutor ha obtenido el mismo resultado por actitud o comportamiento, incluso analizando los diferentes aspectos de su vida.

Importante: Limítate a transmitir la información solamente si ves que la persona en cuestión lleva mucho tiempo en bucle y está sufriendo por los resultados que tiene su comportamiento.

  1. ¿ES BUENO?: Tenemos una percepción negativa de los errores y de las críticas, en lo personal he aprendido a ver los errores como herramientas de transformación, y las críticas como comentarios de los demás que buscan ayudarme a ver lo que no he podido ver por mi misma.

Importante: Limítate a transmitir la información solamente si sientes que la actitud y el comportamiento de la persona le está haciendo mucho daño.

  1. ¿ES ÚTIL?: ¿Piensas que vale la pena que el otro reciba la información que vas a darle?

Importante: Limítate a transmitir la información solamente si piensas que la vida del otro puede mejorar significativamente si corrige lo que sea que le esté generando los resultados que le hacen daño.

Empatizar

Después de haber hecho los 4 filtros, es primordial comprender que los seres humanos somos mucho más emocionales que lógicos, es decir, cada uno de nosotros tiene sus propios prejuicios, miedos, sentimos orgullo, somos presas de la vanidad, etc. Tener esto en cuenta nos ayudará a buscar la mejor manera de acercarnos a nuestro interlocutor y de saber sortear su reacción.

Argumentar

Usualmente cuando tomamos la decisión de hacer una crítica constructiva a alguien, es porque lo queremos y porque vemos cuánto está afectándolo su propio comportamiento, si tenemos que decírselo es porque realmente lleva mucho tiempo haciendo lo mismo de forma inconsciente. La mejor manera de entrar en materia es mostrar a nuestro interlocutor de forma gráfica y estableciendo similitudes, la cantidad de veces que una actitud o comportamiento lo lleva a obtener el resultado del que se queja.

Expresar nuestras emociones

Mientras argumentamos podemos compartir con el otro lo que sentimos cuando vemos que una y otra vez hace lo mismo y que una y otra vez sufre por generar la misma situación en su vida.

Lenguaje y actitud amables

Como dije anteriormente, lo más probable es que el otro se ponga a la defensiva, es muy importante que nuestro lenguaje corporal y nuestras palabras sean afectivas todo el tiempo.

Máximo 3 veces

Posiblemente tengamos las mejores intenciones cuando nos acercamos a nuestros seres queridos (familia, amigos, pareja, hijos…) para dar un consejo, el problema está en que si la persona no quiere ver las cosas nuestra insistencia solo puede llegar a convertirse en una tortura terminando por deteriorar nuestra relación. Evitemos ser repetitivos, evitemos ser entrometidos, si tenemos buena intención expresémonos y si el otro no quiere corregir o no está dispuesto ni siquiera a analizar y reflexionar sobre lo que le dices, es su problema, es él quien va a seguir produciendo los mismo resultados, no nosotros.

 

Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

 “Cambia tú y cambiará tu mundo”

FOTO: FOTOLIA.COM