Nuestros cinco sentidos, nos permiten tener impresiones, imágenes y sensaciones sobre los estímulos que recibimos, de esta manera interpretamos lo que sucede a nuestro alrededor, esto es a lo que llamamos percepción. Es muy importante tener en cuenta que esta, está ligada a nuestro sistema de creencias.

Definimos el sistema de creencias, como el condicionamiento y los límites que guían nuestra vida. Estos se generan a partir del entorno en el que crecemos; por esta razón, cada uno desarrolla una percepción única y particular, pues crecemos en entornos, sociedades, culturas y religiones diferentes.

A partir de todas las experiencias que tenemos desde pequeños y del ejemplo de las personas que nos rodean, generamos juicios sobre lo que es correcto o incorrecto, positivo o negativo e infinidad de polaridades que determinarán cómo percibimos el mundo que nos rodea. Es decir, sólo hay una realidad con infinidad de percepciones.

La luz y la oscuridad no son diferentes, simplemente son dos caras de la misma moneda y sin una no existiría la otra, por lo tanto, no estamos viendo la realidad tal y como es, estamos viendo nuestra realidad, la de cada uno. Menudo lío, por esto comunicarnos y comprendernos unos a los otros es tan complicado. Hay una brecha entre lo que se capta con los cinco sentidos y lo que es real.

Platón nos habla de un mundo sensible y un mundo inteligible. Según él, el mundo sensible es percibido por la ilusión de los cinco sentidos, y habla de ilusión precisamente porque percibimos desde la información que cada uno de nosotros tiene. En otras palabras vemos lo que queremos ver. El mundo inteligible, es el que percibe nuestra consciencia y sabiduría del alma, en resumen es el que percibimos desde lo que realmente somos, pues nuestras almas no están contaminadas con creencias, condicionamientos ni limitaciones.

El alma de cada uno de nosotros tiene la misma percepción porque no interpreta y no hace juicios, no tiene ego y percibe desde la pureza. Tendremos que desarrollar primero nuestra intuición y conectarnos con nuestro ser o sabio interior para poder interpretar el entorno desde nuestra alma. Estoy segura de que cada día nos acercamos más a dicha conexión. La Intuición, el Sabio que llevas dentro.

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En conclusión, vemos la realidad basándonos en lo que tenemos en nuestro interior; entonces si cambia nuestro interior, cambiará nuestra percepción de la realidad y nuestra realidad en sí misma. Será más fácil ser empáticos con los demás, comprender sus actitudes y comportamientos; perdonarlos y aceptarlos; dejar de culparnos o culpar a los otros; asumir nuestra realidad y comunicarnos de más adecuadamente. Todo esto en conjunto, hará que nuestras relaciones con los demás sean sanas y se fundamenten en una comunicación asertiva.

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 Empatía:

Si nos ponernos en el lugar del otro, será más fácil comprenderlo y entender sus actitudes y acciones, pues no juzgaremos a las personas que nos rodean.

Evita querer tener la razón:

En muchas ocasiones nos enfrascamos en discusiones innecesarias porque necesitamos que los demás piensen como nosotros o aprueben nuestro punto de vista. Si entendemos que cada ser humano interpreta los estímulos que recibe a partir de su experiencia, entenderemos que tanto su postura como la nuestra son válidas. Así, nos liberaremos de la necesidad de convencer a quienes nos rodean o de ser parte de un grupo de opinión permitiendonos tener nuestras propias ideas.

Perdonar y aceptar a los demás:

Las personas actúan desde lo que creen que es correcto, al crecer en distintos entornos desarrollamos diferentes conceptos sobre la vida. Lo que está bien para un occidental posiblemente no está bien para un oriental.

Aceptando a los otros tal como son nos liberamos de querer cambiarlos y hacemos nuestras relaciones más armónicas.

No Culpar:

El ser humano busca culpables para no asumir la responsabilidad de sus actos, sólo asumiendo podremos modificar los resultados que no nos gustan de nuestra vida. Escribiendo Nuestro Futuro en el Presente ¨Ley de Causa y Efecto.

Comunicación:

Pensamos que el otro tiene ideas similares a las nuestras o que interpreta y comprende las cosas de la misma forma que nosotros, las cosas no funcionan así; es importante hablar de forma clara, simple y utilizando el vocabulario adecuado; no es lo mismo hablar con una persona que conoce un tema determinado, que con una que no lo conoce.

Escucha activa:

Cuando estés hablando con alguien, permanece atento no sólo a sus palabras, sino también, a su lenguaje corporal y actitud. Es importante que cuando interactúas con alguien, en vez de estar pensando en lo que le vas a responder, te des el tiempo para atender y escuchar. Si haces esto, en el momento que respondas, lo harás con claridad y asertividad porque tendrás una idea completa de lo que tu interlocutor quiere expresar.

 

  Si logramos conectarnos con el entorno y con nuestros semejantes de manera más profunda, nuestra percepción se acercará más a la realidad o verdad única en vez de a mi propia verdad. Al relacionarnos con los demás desde lo profundo de nuestro ser comprendernos, entendernos y aceptarnos será más sencillo y generaremos una sociedad bastante más armónica donde primará el beneficio común sobre el individual.

© Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

“Si las puertas de la percepción quedasen depuradas, todo se mostraría al hombre tal cual es: infinito” William Blake

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