Somos seres sociales, está demostrado que el ser humano necesita compartir con los demás y tener relaciones sanas para vivir una vida plena. Si nos damos cuenta, en oportunidades podemos llegar a sentirnos frustrados, incomprendidos, olvidados, sentir que nadie nos apoya, abandonados y hasta no queridos por nuestra familia, pareja, amigos o compañeros de trabajo. Pero ¿Es esto real? ¿Será nuestra imaginación? ¿Hay personas que están en nuestra contra? ¿Los demás no nos entienden? o ¿Quizás no sepamos comunicarnos adecuadamente? Estas son algunas de las preguntas que seguramente nos hacemos cuando alguna de nuestras relaciones se torna incómoda o inadecuada.
Cada uno de nosotros tiene una percepción distinta, esto se debe a que nuestra percepción nace a partir de nuestras creencias, valores y actitudes que dependen del entorno en el que nos desarrollamos. Como entorno incluyo padres, familia, centros educativos, religión, cultura, amigos, países, etc. El ser humano se ve influenciado por dicho entorno y a partir de este crea una concepción de lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto, lo adecuado e inadecuado y en respuesta a estas creencias aprendemos a juzgar.
Nada es bueno ni malo sin salirnos de unos parámetros normales, simplemente la vida se sostiene en base a la polaridad, no es posible valorar la luz si no sabes qué es la oscuridad. Entonces, ¿Quién soy yo para determinar si los demás actúan de forma correcta o incorrecta?; posiblemente lo que para mí es positivo, para otro es negativo y esto no está ni bien ni mal. En definitiva, son dos personas que han crecido en entornos distintos y esto hace que actúen de manera diferente.
¿Cómo lograr comprender a los demás?
Acepta al ser humano con el que interactúas tal y como es
Todos tenemos defectos y virtudes, es por esto que nos buscamos unos a otros para dar lo que tenemos y recibir lo que nos hace falta. Por esta razón trabajar en equipo cuando nos organizamos adecuadamente y bajo los parámetros de fortalezas y debilidades de todos integrantes, es tan productivo.
Comprende que en las diferencias está la belleza de la vida, el mundo sería muy aburrido si todos fuéramos iguales.
Aumenta tu empatía
Es muy importante ponerse en los zapatos del otro para entender su comportamiento y cómo se siente o reacciona ante un estímulo. Al ser todos tan distintos, es comprensible que no respondemos de la misma manera a las situaciones que se nos presentan. Si logramos entrar en la posición del otro, pero no desde nuestro sistema de creencias sino más bien desde la comprensión de cómo es dicha persona, y de cómo puede sentirse con respecto a esto o a aquello, podremos entenderla y saber como comunicarnos con ella. Empatía + Compasión = Perdón
Evita hacer suposiciones
Cuando nos vemos enfrentados a una situación que no nos gusta, solemos imaginar un montón de sucesos en muchas ocasiones negativos que nos cargan de mala energía. ¡¡¡Pregunta!!!, si algo te hace sentir incómodo, la mejor solución es preguntar. De esta manera, obtendrás una respuesta y no necesitarás que tu mente parlanchina visualice una película de horror en tu cabeza sobre una situación determinada.
Intenta no juzgar a los demás
El juicio es parte de nosotros, es lo que hemos aprendido a hacer, la idea es desaprender. Si a nosotros no nos gusta ser juzgados, a los demás tampoco ¿Bajo qué criterio podemos juzgar si algo es correcto o incorrecto, si lo que es correcto para ti posiblemente no lo es para la otra persona?
Imagínate que la tierra es un gran cuerpo y todos nosotros sus células, ¿qué sentido tendría hacernos daño unas a otras?, terminaríamos por generar una especie de cáncer terrestre y por lo tanto destruir el cuerpo donde habitamos, nuestro planeta. Si un grupo de células, humanos, está intoxicado, estaríamos en peligro todos.
De ahora en adelante cuando veas a otra persona regálale lo mejor de ti, entrégale un abrazo o si es un desconocido una sonrisa, no importa en dónde estés, puede ser en el metro, el supermercado o en cualquier lugar ¿No sería hermoso que todos funcionáramos de esta manera? Wooowww, sólo pensar en ello me emociona, me llena de energía positiva, siento alegría, una sensación de paz me invade en este instante y espero que tú, querido lector, también puedas sentirla mientras sigues mis palabras.
Al principio puede que te sientas avergonzado o que tu ego susurre suavemente «no lo hagas, pensarán que estás loco» pero se valiente y hazlo, atrévete. Esa sonrisa aunque no te la regresen, posiblemente le dará a esa persona una chispita de alegría que la acompañará todo el día, y tú, sentirás la emoción de haber entregado algo de ti.
La transformación comienza en nosotros, en vez de intentar cambiar a 7.000 millones de personas, modifiquemos nuestro comportamiento y seamos el ejemplo. Seremos un granito de arena más y es ahí donde comenzará la verdadera transformación. Empecemos a sentir la conexión que hay entre todos nosotros, permitámonos sentir la energía de los demás, cuidemos y amemos a nuestros semejantes porque todos SOMOS UNO.
Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com
«Cuanto menos se ilusionan las personas, más capacidad de ser felices tienen» Buda
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