Hace mucho tiempo vi en las TED talks una charla de Víctor Küppers en la que hablaba sobre la fórmula del éxito en el trabajo, las variables eran conocimiento, habilidad y actitud. Me pareció muy interesante porque me di cuenta que esta fórmula aplica no solo para el éxito laboral sino para el éxito en todos los aspectos de nuestra vida en especial, en nuestras relaciones. Observemos la formula que el ponente planteó:
(CONOCIMIENTO + HABILIDAD) X ACTITUD
Es evidente que el conocimiento y la habilidad son muy importantes, pero si se dan cuenta la actitud es lo que multiplica, en otras palabras lo que potencializa lo positivo o negativo que tenemos. Ahora bien, si nuestra actitud es la que potencializa lo que tenemos para ofrecer a los demás, esta será la que nos convierta en alguien de valor para quienes nos rodean; en otras palabras, nuestra actitud es la que atrae o la que aleja.
Victor Küppers dijo unas palabras que me hicieron pensar mucho, estas fueron: “O enamoras o tienes que ser barato” evidentemente en la charla enfocada al éxito laboral con barato se refería al salario ¿Es igual en nuestra vida diaria? ¿Es igual en nuestras relaciones familiares, afectivas, de amistad? Desde mi punto de vista sí, si somos personas complicadas, densas, tristes, desganadas, problemáticas, miedosas, enfocadas en la queja, sin energía… terminaremos por atraer personas iguales a nuestra vida, porque está claro que las alegres, enérgicas, divertidas, interesantes, etc. se cansaran de compartir con nosotros y terminarán por evitarnos.
La pregunta que deberíamos hacernos realmente es: ¿Cuáles son esas características de nuestra actitud que en vez de sumar nos quitan valor?, esto nos ayudaría a identificarlas y corregirlas. Tengo muy claro que ninguno de nosotros es perfecto y la verdad no es necesario serlo, lo que si es necesario es auto reflexionar y auto observarnos para encontrar nuestros puntos negativos y eliminarlos de nuestro comportamiento del día a día, así, podremos ofrecer la mejor versión de nosotros mismos.
Es muy importante que comencemos a vivir en función de dar, es decir, enfocados en qué tenemos para ofrecer a quienes nos rodean porque si nos enfocamos solamente en lo que podemos recibir de los demás ya estamos partiendo de una actitud egoísta. Cabe resaltar que para tener algo que ofrecer primero debemos trabajar en nosotros mismos, en alcanzar nuestra plenitud, en sentirnos bien con nosotros mismos, en vencer nuestros miedos, en ser flexibles, en eliminar nuestras creencias limitantes, etc. y para esto, muchas veces necesitamos la sol-edad (etapa de iluminación).
Prácticas que nos ayudan a mejorar nuestra actitud
Escuchar
Todos creemos que escuchamos a los demás, pero si nos detenemos a analizarnos cuando estamos oyendo a alguien en una situación confrontante, es decir en una discusión, solucionando alguna diferencia… lo más posible es que nos demos cuenta de que en vez de estar escuchando al otro, estaremos escuchando un murmullo externo sumado a nuestra voz interna mientras piensa en qué responder con el fin de que el otro se de cuenta de que tenemos razón.
Olvidémonos de tener la razón, que importa, más bien escuchemos el punto de vista del otro, este nos dará mucha información y si en vez de enfocarnos en ganar, nos enfocas en prestar atención, seguramente logremos no solo entenderlo sino también argumentar nuestra postura y ser entendidos. Mejor dicho, si escuchamos atentamente, nuestro interlocutor y nosotros comprenderemos que el punto de vista de otro también puede enriquecernos.
“Cuando hablas, simplemente repites lo que ya sabes, pero si escuchas quizás aprendas algo nuevo” Dalai Lama
Empatizar
Un ser humano empático tiene la capacidad de ponerse en el lugar del otro, es importante entender que de nada sirve ponerse en el lugar de los demás si no logramos ver y analizar la situaciones desde sus ojos en vez de hacerlo desde los nuestros. La idea de la empatía es poder acercarnos a lo que los demás sienten y a cómo perciben las situaciones para poder comprenderlos realmente. La empatía fortalece nuestras relaciones, algunas preguntas que podemos hacernos para lograr ser empáticos ¿Por qué circunstancias está pasando mi interlocutor? ¿Necesita ayuda? ¿Le he preguntado si le pasa algo? ¿Cómo puedo ayudarlo?
Cada uno tiene sus propios vacíos y miedos, por esto cada uno actúa de forma distinta, esperar que los demás actúen como nosotros es el error más grande que podemos cometer.
Enfocarnos en lo positivo
No hay nada peor que una persona que siempre se enfoca en el problema y en vez de buscar soluciones se queja ¿Acaso quejarnos va a desvanecer lo que no nos gusta? Desde luego que no, la única manera de cambiarlo es actuando y solucionando, incluso si el cambio necesario es un cambio en nuestro comportamiento ¿Acaso si las cosas no salen como queremos que salgan no son agradables? Nuevamente no, simplemente son diferentes pero igual disfrutables, solo que por nuestras expectativas perdemos la capacidad de disfrutar ¿Acaso el que los demás no se comporten como yo quiero los convierte en malas personas? No, no y no, simplemente las hace diferentes a nosotros, obviamente guardando los límites normales de un comportamiento que no dañe a nadie.
Nuestra libertad termina en donde comienza la del otro.
Flexibilidad
A la hora de compartir con los demás ya sea en una relación familiar, amorosa, laboral, de amistad o lo que sea, la flexibilidad es un pilar importante, no podemos pretender que los demás se adapten a nosotros todo el tiempo porque con esta actitud, lo que estamos haciendo es exigir la empatía que no estamos teniendo con el otro. Si lo analizamos a profundidad, nuevamente estamos en función de recibir en vez de dar. Las relaciones son una retroalimentación, cuando solo nos enfocamos en nuestras necesidades, terminamos por agotar a los demás.
©Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com
“Sé tú el cambio que quieres ver en los demás” Gandhi
FOTO: FOTOLIA.COM
Buena nota. Precisa, constructiva, me pone a volar e imaginar el cómo he sido. Buen día.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias 🙏
Me gustaMe gusta