Ahora que llega el otoño algunos de nosotros sufrimos astenia otoñal, esta se debe a los cambios que ocurren en el clima y a la disminución de luz solar que recibimos. Las hormonas que regulan nuestro organismo no siempre se adaptan fácilmente a la nueva temperatura, a los horarios y a los reajustes de la luz produciendo en nosotros la sensación de debilidad física y psíquica.

No todas las personas reaccionamos de la misma forma a estos cambios, ahora bien, si eres como yo que te conviertes en un oso perezoso que se despierta con pesadez en los ojos y cansado, será importante que tomes algunas medidas para disminuir el impacto del cambio de estación en tu cuerpo, en tu estado de ánimo y en tu rutina diaria.

Alimentación

Día a día gran cantidad de nuestra energía se utiliza en la digestión, el exceso de azúcares refinados, productos procesados, grasas y carbohidratos vacíos necesitan bastante más energía para ser digeridos y producen descompensaciones en el organismo.

El triptófano es un aminoácido que aumenta la producción de serotonina en el cerebro, esta última es conocida comúnmente como la hormona de la felicidad porque tiene efectos antidepresivos y ansiolíticos. Además, la serotonina se transforma en melatonina que es la hormona encargada de regular nuestras fases de vigilia y sueño, fomentando el descanso necesario para el cuerpo humano. En el siguiente cuadro encontrarán una lista de alimentos ricos en triptófano, no todos estarán disponibles en esta época del año, pero con que consumamos las frutas y verduras propias del otoño será suficiente, también es  vital que aumentemos el consumo de agua.

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Cabe resaltar que para que nuestra alimentación sea adecuada y nos recargue, es importante consumir semanalmente alimentos de todos los grupos y en las porciones adecuadas dependiendo nuestro peso, edad, estatura, cantidad de actividad física, etc.

Sol

El sol nos proporciona vitamina D y ayuda a segregar serotonina, como mencioné anteriormente esta es la hormona de la felicidad, intentar aprovechar al máximo las horas de luz es de gran ayuda, incluso podemos darnos un baño de luz matutino, basta con ponernos de pie frente al sol por unos minutos.

Ejercicio

¿Has escuchado la frase mente sana en cuerpo sano? Cuando hacemos ejercicio quemamos adrenalina y liberamos endorfina, las endorfinas nos hacen sentir mejor y nos dan vitalidad.

Descanso

Cuando a tu teléfono móvil le queda poca batería ¿qué haces? En mi caso intento usarlo lo menos posible hasta poder cargarlo y si sigo utilizándolo llega un momento en el que se apaga. Nosotros funcionamos igual, es preciso que cada día descansemos un mínimo de 7 a 8 horas para recargarnos.

Intercambiar energía

Habrás notado que hay personas con las que después de compartir un rato te sientes enérgico, con ganas y alegría. Es porque entre ellas y tú hay sentimientos sanos, se retroalimentan mutuamente sin dobles intenciones y esto aumenta la energía de las dos. Cuando sientas que estás baja o bajo comparte con esas personas que te llenan de inspiración y de paz.

Sentidos y aficiones

Hay actividades que nos inspiran, que nos dan plenitud, cada uno tiene las suyas. Bailar, cantar, escribir, caminar por la ciudad, leer, escuchar música, ir al campo… descubre tus aficiones y conéctate con la actividad desde la presencia para sacarle el máximo provecho, y  aprende a disfrutarla a través de tus sentidos.

Alguna vez te has preguntado ¿qué experimenta tu olfato o tu gusto al ingerir un alimento?, ¿cómo reaccionan tus ojos frente a lo que ven?, ¿cómo lo hacen tus oídos al escuchar o tu tacto al tocar?… pues comienza a hacerlo porque concentrarte en lo que estás haciendo te ayuda a estar presente y disfrutarlo te recarga.

Buena información y pensamiento positivo

Nada consume más energía que nuestra mente a la deriva pensando en cosas negativas. La identidad y sistema de creencias de cada uno, son el resultado de la información que hemos recibido desde pequeños. Esta puede ir variando dependiendo de la información con la que tenemos contacto en nuestro día a día. Nuestros pensamientos tendrán la polaridad de la información a la que nos veamos expuestos y que permitimos que se aloje en nuestra mente. Es vital leer, escuchar y ver cosas que nos lleven a tener ideas mentales positivas.

A mayor numero de pensamientos negativos mayor conflicto mental, mayor sufrimiento y mayor desgaste energético.

Nuestro pensamiento debe ser dirigido, controlado y sostenido con el fin de evitar pensamientos automáticos que drenen nuestras reservas energéticas.

Dirigido: Yo elijo la polaridad, cada vez que en mi mente aparezca un pensamiento negativo automático puedo sustituirlo por uno positivo.

Ejemplo: Es difícil X Es fácil. Me cuesta X Sé que puedo. Ella/Él me hacia feliz X Puedo ser feliz por mí mismo/a.

Controlado: No aparece en mi mente de forma automática, soy yo quien toma la decisión de que esté ahí.

Ejemplo: Pensamiento automático (Me cuesta). Pensamiento Controlado (Sé que puedo)

Sostenido: Siempre que aparezca el pensamiento negativo lo sustituyo mentalmente por el positivo repitiendo el proceso las veces que sea necesario.

Nota: Comienza por un pensamiento negativo que te repitas, para todo necesitamos práctica y es mejor ir poco a poco. La idea es desaprender y reaprender conceptos que nos lleven a actuar. Siempre que nos enfocamos en algo negativo disminuye nuestra autoestima y nos inmovilizamos.

©Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

“Ni tu peor enemigo puede dañarte tanto como tus propios pensamientos” Buda

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