Hace unos días desperté con un poco de dolor de cabeza, sin ganas de hacer deporte, sin ganas de arreglarme, literalmente sin ganas de nada. No sabía la razón, solo me había levantado así. En todo caso salí de la cama y pensé que lo mejor que podía hacer era ponerme a trabajar y a hacer todas las cosas que tenía planeadas para el día, excluyendo mi hora sagrada de ejercicio porque realmente sentía pesadez.

Al levantarme para desayunar me di cuenta que el plato de comida de mi gatito había sido invadido por hormigas, no entendía porque, el gatito es muy limpio, el suelo de la cocina estaba impecable y que yo sepa, las hormigas no comen pienso. En todo caso fumigue, limpie todo y puse comida para el pobre que evidentemente no había comido porque no le gustan las hormigas. Antes de preparar mi desayuno, recibí una llamada que terminó por bajar aún más mi estado de ánimo, ya estaba down pero esto, pensé : “En serio me está pasando esto mí”.

Decidí ducharme sin ni siquiera desayunar para despejarme, he de confesar que tenía rabia, entonces, me dije a mí misma: «qué puedo hacer para que mi día no continúe de esta manera», y fue entonces cuando recordé que tenemos muchas herramientas a la mano para poder sentirnos bien.

Actividad física

Estando en la ducha me di cuenta que la mejor manera de soltar la rabia, era corriendo, actividad que disfruto y que me ayuda a quemar adrenalina y a liberar endorfinas, entonces me dije: “Cata tienes tiempo, aprovecha y ve a correr unos cuantos kms, suelta toda esta mala vibra con la que amaneciste haciendo algo que te aporta”.

No les voy a decir que después de correr ya estaba bien, estaría mintiendo, pero a decir verdad, cuando llegue a casa me sentí con más ganas de hacer las cosas y claramente parte de la rabia, había desaparecido.

Alimentación sana

La alimentación es otro de los pilares que nos ayudan a aumentar nuestro ánimo, por esto me propuse comer muy saludable todo el día y evitar la comida chatarra, sobretodo el azúcar que te da un subidón pero luego termina por descompensar tu cuerpo.

Ese día elegí para mí varios alimentos con alto contenido de triptófano, el triptófano es un aminoácido que aumenta la producción de serotonina en el cerebro, esta última es conocida comúnmente como la hormona de la felicidad porque tiene efectos antidepresivos y ansiolíticos. Además, la serotonina se transforma en melatonina que es la hormona encargada de regular nuestras fases de vigilia y sueño, fomentando el descanso necesario para el cuerpo humano.

Captura de pantalla 2017-03-11 a las 20.31.54

Cuidado personal e imagen

Este es un factor clave al que posiblemente no le prestamos mucha atención, al llegar de correr y después de desayunar me metí a la ducha imaginando que el agua que caía sobre mí, limpiaba y se llevaba todos los pensamientos negativos que tenía en la cabeza. Cuando llegó la hora de ponerme jabón lo hice haciéndome un masaje, dedicándome realmente y mimando mi cuerpo.

Mientras me había estado bañando, había venido a mi mente la imagen de Clark Kent cuando está con sus ropa de oficina, y su cambio de postura y actitud cuando está con su traje de Superman, por esto pensé que buscaría mi propio traje de superheroína. Decidí ponerme ropa con la que me siento muy cómoda, guapa y segura, me arreglé como me gusta.

Aunque esto es algo muy simple, nuestro estado de ánimo depende de cómo nos sentimos con nosotros mismos, y créanme este tipo de cosas ayudan.

Priorizar

Poco a poco iba encontrándome más cómoda, aunque la pesadez había disminuido, la situación de la mañana seguía presente en mi mente. Con esto lo que quiero decir es que no por haberme arreglado, cuidado y haber hecho ejercicio las cosas desaparecen, pero si se atenúan un poco y podemos verlas con más claridad mental, o por lo menos eso fue lo que comencé a experimentar.

Decidí analizar las actividades del día con el fin de reorganizar mi agenda en la medida de lo posible, seleccione las cosas que debía hacer sí o sí, e intente dejar para el día siguiente las que más desgano me producían.

Gestionar mis pensamientos

Como a todos nos pasa, cuando tenemos algo en la cabeza le damos vueltas una y otra vez, incluso en ocasiones parece que esa historia nos va perseguir por toda la eternidad, pero no es así, esa solo es la idea fatalista a la que nos aferramos cuando no sentimos mal y esperamos que alguien venga a salvarnos. Pero eso nunca pasa porque los únicos que podemos salvarnos somos nosotros mismos.

Tengamos en cuenta que la única persona que está en nuestra cabeza somos nosotros, y solo nosotros podemos decidir hacia donde queremos que vayan nuestros pensamientos,.

Somos lo que pensamos, entonces, ¿por qué no hacer una dieta de pensamientos?

Comencé a analizar la situación que sentía que me superaba con el fin de relativizar, restarle importancia y encontrar soluciones.

Relativizar

  • ¿ Me ha sucedido esto antes?
  • ¿El agobio me sirve para algo?
  • ¿Lo que estoy viviendo realmente es de vida o muerte?
  • ¿Por qué razón siento que esta situación me supera?

Reflexionar sobre la situación a partir de preguntas

  • ¿Quiénes son los involucrados?
  • ¿En qué afecta esta situación a cada uno?
  • ¿Cuánto tiempo tengo para encontrar un solución?

Buscar soluciones

  • En este momento ¿qué podría hacer para solucionarlo?
  • ¿Qué herramientas tengo ahora mismo para abordar esta situación?
  • ¿Qué alternativas tengo?

Al final me di cuenta que realmente lo que pensaba que era un problema solo era una situación que no estaba cumpliendo mis expectativas. Si quería sentirme bien, lo único que tenía que hacer era vivir mi presente y dejar toda esa carga en el pasado, porque en mi caso, no tenía solución y ya no se repetiría en el futuro.

Reflexión

En nuestras manos está sentirnos bien o mal, está claro que hay factores externos que pueden minar nuestro estado de ánimo, pero a decir verdad todo lo que sucede en el exterior está fuera de nuestro control. Lo único que en realidad podemos controlar, es lo que pensamos, cómo interpretamos lo que sucede y la forma como reaccionamos a los estímulos del exterior. Poner en práctica estos pasos no nos hará felices de la noche a la mañana, pero ayuda mucho y en la medida en que lo convertimos en un hábito, superar esos días en los que nos sentimos bajos, se convierte en tarea fácil.

Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

“Cambia tú y cambiará tu mundo”

FOTO: FOTOLIA.COM