Suelo utilizar metáforas para escribir mis artículos, lo hago con el fin de intentar que lo que quiero transmitir llegue al lector de la forma más clara y fidedigna posible.
Cada uno de nosotros tenemos una forma distinta de interpretar lo que escuchamos, lo que leemos, lo que vemos… Pero si todos somos humanos, ¿Por qué pasa esto? Aquí va mi metáfora de hoy:
Imagina por un momento que cada persona para poder ver, necesita utilizar unas gafas. Cuando nacemos y comenzamos a abrir los ojos vemos todo de forma transparente, todo es nuevo para nosotros. En la medida que vamos recibiendo información de nuestro entorno, es decir de nuestra familia, amigos, religión, centros educativos, país, medios de comunicación, etc. comenzamos a ponerle diferentes tintes a los lentes de nuestras gafas creando cada uno nuestra propia combinación. Dicha combinación de tonalidades será la que filtre todo lo que observamos convirtiéndolo en nuestra realidad, y esa interpretación seguirá añadiéndo más y más tintes.
Tú y yo creamos nuestra propia realidad porque a cada instante estamos percibiendo todo lo que sucede afuera de nosotros de una forma o de otra. En resumen nuestra realidad vendría siendo el resultado de la suma de nuestros pensamientos, nuestra vibración (Energía positiva o negativa) y nuestra frecuencia (Cuánto tiempo mantenemos nuestra vibración en positivo o en negativo).
Ahora bien, imagina que con las gafas que tú mismo has creado ves cosas que no te gustan, que te causan dolor, te llevan a sentirte triste, bajan tu autoestima, te dan mal genio, te producen frustración, etc. ¿Qué harías al respecto?
En mi caso desde hace años, tuve claro que o cambiaba los lentes enteros o les daba otra tonalidad porque a decir verdad no estaba logrando disfrutar la vida, y como lo que quería era ser feliz, pues me puse manos a la obra. Quiero aclarar que para mí la felicidad no es estar saltando en una pata o tener ataques de euforia todo el tiempo, lo que yo entiendo por felicidad es tener la capacidad de estar en paz ante cualquier circunstancia que no puedo controlar, en resumen ante todo lo que sucede en el exterior.
Que paradójico suena esto ¿no?, recordemos que en nuestra sociedad lo primero que nos enseñan es a trazarnos un plan determinado (expectativas) que cuando se sale levemente de lo esperado (fuera de control) nos vuelve locos ¿Te ha pasado alguna vez en algún aspecto de tu vida.
Desde los 14 ya tenía estructurados muchos años futuros, era como un proyecto de vida anotado mentalmente en el que iba haciendo tic a todo lo que iba cumpliendo. Muchas veces me frustraba, era dura conmigo, me maltrataba diciéndome a mí misma que no iba a lograrlo, etc. hasta que murió mi madre y ahí sí mi supuesto plan se vino abajo del todo porque una vida sin ella no estaba dentro del famoso «plan”.
Aunque suene extraño fue ese evento el que me sacó de la programación mental que tanto daño me había hecho. Todos los días pienso en mi madre no voy a decir que no, pero hoy entiendo que su muerte ha generado en mí el cambio más positivo que he hecho en la vida; tirar esos lentes al carajo y comenzar de nuevo.
No es fácil, les aseguro que al principio fue un camino de espinas y hoy en día algunas veces sigue siéndolo, pero la verdad ahora puedo decir que ha valido la pena recorrerlo.
Mi conclusión en ese momento fue que lo único que yo podía controlar era mi estado de ánimo y la manera en que respondía a los estímulos del exterior, entonces decidí reprogramar mi mente. Sí, leyeron bien, reprogramar, porque igual que nuestra mente se programa a través de la información con la que la alimentamos, podemos desprogramarla o borrar los archivos obsoletos y llenar el espacio con información que nos de cómo resultado PAZ, TRANQUILIDAD y EQUILIBRIO.
En mi nuevo plan solo están esas tres palabras, cada día por la mañana me comprometo a hacerles tic antes de dormir, he de confesar que en ocasiones es imposible, pero mi promedio mejora cada día y eso es lo que importa.
Actualmente siento que mis lentes están bastante correctos por decirlo de alguna forma. Cada vez que encuentro una tonalidad que me reporta malestar, busco otra que me reporte un beneficio interno y la sustituyo.
Comprender que mi mente es maleable y que aunque va en piloto automático si yo quiero puedo cambiarle archivos, me ha llevado a percibir la vida de otra forma, en pocas palabras, me ha llevado a ver una realidad bastante más amable y agradable.
Poco a poco he podido identificar algunos de los patrones de pensamiento y de comportamiento que más daño me hacían y he logrado cambiarlos. Falta mucho, eso lo tengo claro, pero lo poco que he logrado transformar me ha llevado a ser menos reactiva, a identificar cuando una dinámica es tóxica para mí o cuando es positiva, a ser más generosa conmigo en todos los aspectos de mí vida, a no ser tan dura ni conmigo ni con los demás, a no sentirme atacada cuando quienes me rodean me dan su opinión, a entender que cada uno tiene sus propias gafas, a comprender que puedo cambiar las mías pero no las de los otros, a respetar las opiniones de los demás, a ser más objetiva, a ponerme en el lugar del otro para lograr entender sus actos, a aceptar que comento errores y que cometiéndolos es como aprendo.
Cada uno elige lo que ve, y tú ¿qué eliges ver hoy?
Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com
“Cambia tú y cambiará tu mundo”