Hace unos días una colega, @laviajerainterior publicó en instagram la siguiente frase: ”Todos somos los villanos en el cuento de alguien”. Al leerla me percaté de que muchas veces al escuchar a mis clientes de life coaching, al hablar con mis amigos o familiares o al prestar atención a mi diálogo interior, es muy clara nuestra tendencia a buscar el error en el otro y muy pocas a mirarnos a nosotros mismos o a detenernos a pensar en la cantidad de ocasiones en las que nos habremos comportado mal de forma inconsciente y habremos hecho daño.
Para todos está claro que recibimos lo que damos. Esta idea es la que realmente me ha motivado, porque si todo lo que sale de nosotros regresa multiplicado, quiere decir que sí estamos experimentando alguna situación que no nos gusta en nuestro presente, es porque nosotros en el pasado hemos tenido un comportamiento similar con alguien de forma consciente o inconsciente.
En el primer artículo, llamado “El malo de la película” hablé de cómo sin darnos cuenta podemos estar siendo villanos, en el segundo post “¿Cómo descubrir si estoy actuando como un victimario?”di unos tips para identificar cuando estamos actuando mal aunque no lo consideremos así. Quiero aclarar que ser villanos de forma inconsciente es el pan de cada día, esto suele suceder porque nos enfocamos en una meta en cualquier aspecto de nuestras vidas y con el fin de conseguirla llegamos a pasar por encima de quienes están a nuestro lado sin siquiera detenernos a pensar en lo que estamos haciendo.
Hoy me gustaría que reflexionáramos con el fin de comprender que cada error que comentemos en vez avergonzarnos o sentir la necesidad de esconderlo, debe convertirse en una herramienta para aprender y ser mejores.
“Todo lo que sale de nosotros regresa, incluso cuando ha salido de forma involuntaria o inconsciente”
Imaginémonos por un momento que el planeta es una escuela, en esta nos hemos apuntado todos los que tenemos la oportunidad de vivir con el fin de aprender y trascender nuestras limitaciones. Nuestro maestro es la vida que continuamente nos pone pruebas (exámenes) para que aprendamos de ellas y las superemos, y nuestros resultados (calificación), son el feedback del maestro. Recordemos que cuando presentamos un examen no obtenemos la nota de manera inmediata, nuestro maestro tiene que analizar muy bien nuestras respuestas (acciones, intenciones y actitudes) para poder entregarnos nuestras notas algunos días después. “Ley de Correspondencia” y “Ley de Causa y Efecto”
Si para graduarnos de la escuela y de la universidad hemos tenido que estudiar, investigar, trabajar, etc. para despertar nuestra consciencia y aquietar nuestra mente o ego, tendremos que hacer lo mismo, no podemos esperar aprender o avanzar sin poner todas nuestras energías en dicho propósito.
Si queremos ser felices, vivir en paz y tener buenos resultados debemos trabajar para conseguirlo.
Convirtiendo el error en una herramienta de aprendisaje
Reconocer
Cuando no reconocemos un error y optamos por esconderlo la mente pronto lo olvida, nuestro cerebro no reconoce que los resultados generados por este se relacionen con el mismo, este proceso hace que el error se perpetúe.
Al no haber consciencia de qué ha generado lo que no deseo o de qué consecuencias ha tenido mi comportamiento, tengo el peligro de caer nuevamente en esa actitud, intención o acción.
Para poder transformar cualquier cosa en la vida, primero debo saber que existe. En el momento en que logras hacer consciencia del problema, logras transformarlo y transformando el error en aprendizaje, transformarás tu vida.
Aceptarlo sin castigarnos
Un error no puede ir precedido por un castigo, en el momento que nos castiguemos a nosotros mismos nos remontaremos al momento de nuestra infancia donde se ancló en nuestro interior el hábito de esconder o negar, en vez de reconocer y aceptar; esto imposibilita la acción y estanca el proceso de aprendizaje. “Culpa vs Responsabilidad”
Los errores nos ayudan a ver qué nos falta por corregir, gracias a ellos nos convertimos en mejores personas. Aprendamos a valorarlos y convirtámoslos en aliados de nuestra evolución.
Analizar
Habiendo reconocido y aceptado el error, comenzaremos a observarlo a profundidad con el fin de comprender qué resultados genera tanto a nosotros como al entorno, y qué estímulos internos o externos nos impulsan a caer en él. Esta parte del proceso es muy importante, si logramos identificar dichos estímulos, podremos estar alerta y frenar comportamientos automáticos que estén instaurados en nosotros. Sustituir un Hábito Negativo por uno Positivo
Responsabilizarse
Como ahora hemos optado por ser sinceros con nosotros mismos asumiendo nuestros errores y observando sus consecuencias, por ende nos habituamos a responsabilizarnos por nuestros resultados, dejando de culpar a todo y todos por lo que no nos gusta de nuestra vida. Pensar que todos los demás son culpables de lo que nos sucede, significa entregar el poder de nuestra vida a otros para que la manejen a su antojo; creer que seremos felices cuando el otro actúe como yo espero que lo haga es una utopía.
Todo lo que nos sucede lo hemos generado nosotros mismos con nuestras acciones, intenciones y actitudes; al tomar responsabilidad tomamos el control de nuestra vida y nos convertimos en los arquitectos de nuestro futuro.
Corregir
Cada vez que trabajemos en los pasos anteriores, debemos determinar qué podemos hacer para subsanar lo que el error ha generado, al final todo lo que hacemos impacta sobre nosotros mismos.
Cosechamos cada día lo que hemos sembrado, cada cosa que hagamos retornará. Piensa que todo lo positivo que das llegará a ti multiplicado.
Persevera
La práctica hace al maestro, no te rindas, caer es normal; toma fuerzas y levántate con alegría y positivismo, todo lo que hacemos reiteradamente se convierte en un hábito y se vuelve un comportamiento automático.”Sustituyendo Hábitos Negativos por Hábitos Positivos“
Trabaja para que tus hábitos sean positivos y la siembra automáticamente sea siempre positiva.
De hoy en adelante pensemos que la vida en vez de ser injusta con nosotros, nos está entregando lo necesario para nuestro desarrollo, comprendamos de una vez por todas que todo lo que vivimos día a día ha sido orquestado por nosotros mismos y que el poder de transformarlo es únicamente nuestra responsabilidad. No tendremos que repetir las lecciones que ya hemos aprendido, entonces, pongamos toda nuestra energía en aprender en vez de en resistirnos a lo que ya es.
no desafía a una revisión constante.
Me gustaLe gusta a 1 persona