El último mes he hablado sobre el camino a la felicidad. En la primera parte hablé sobre cómo el entorno nos programa desde la niñez, en la segunda sobre la fórmula de la felicidad, en la tercera sobre el primer componente de la fórmula “sustituir creencias y conceptos limitantes” y hoy hablaré sobre el segundo componente “gestionar nuestro conflicto interno”.

Quizás esta sea la parte más compleja, al fin y al cabo sustituir una creencia limitantes complicado pero termina por convertirse en un proceso mecánico y habitual. Esta claro que cada creencia o concepto limitante es distinto y que en el transcurso de nuestra vida desmontaremos muchos, pero el proceso de sustitución siempre es el mismo (Descubrir la creencia limitante, buscar una idea empoderadora. “Cuadernillo de trabajo para sustituir creencias limitantes”

Cuando hablamos del conflicto interno las cosas son un poco más complicadas, este puede surgir a partir de cualquier estímulo externo que no se ajuste a lo que creemos que debe suceder es decir a nuestras expectativas.

Tengamos en cuenta que nuestras expectativas son el resultado de toda la programación que hemos recibido del entorno (Familia, religión, centros educativos, trabajo, sociedad, país…) Este conjunto de información que recibimos forma en nuestra mente un conjunto de límites que establecen unos parámetros de lo que desde nuestro punto de vista es adecuado o inadecuado; entonces cuando las cosas se salen de ese parámetro, comenzamos a sentir en nuestro interior una profunda molestia en el pecho, seguida por un sentimiento de frustración, impotencia, incomodidad… en ocasiones exteriorizamos nuestras emociones a través de una explosión y en ocasiones no.

Es importante tener en cuenta que guardar en nuestro interior emociones negativas es inadecuado, pero también es vital entender que no podemos sacarlas explotando con los demás. Posiblemente se estén preguntando: ¿Entonces qué hay que hacer?

La respuesta es fácil, si sentimos alguna molestia interna debemos ser conscientes de que esta no ha sido producida por lo que alguien hace o por lo que sea que esté sucediendo, sino más bien comprender que es el resultado de alguna creencia o concepto limitante que está arraigado en nuestro interior. Por está razón, si queremos conservar nuestra paz interior en dónde debemos trabajar es ahí en vez de intentar luchar contra lo que no podemos controlar.

Entramos en conflicto interno cuando nos debatimos entre lo que está sucediendo fuera de nosotros sea o no correcto, y lo que desde nuestra identidad pensamos que debería estar sucediendo.

La idea de este artículo no es saber si tenemos o no la razón, recordemos que al fin y al cabo lo que se ha forjado en nuestra mente simplemente es una máscara social y si lo analizamos a profundidad, cada uno ha formado la suya propia y por lo tanto cada uno tiene una manera de actuar y a su vez de interpretar lo que sucede.

Lo importante realmente es que aprendamos a gestionar lo que sentimos en nuestro interior para que nuestro estado de ánimo no se altere y no lleguemos a perder nuestro equilibrio, nuestra energía vital, la objetividad, etc.

En el instante en que comencemos a tener sentimientos, sensaciones, emociones o cualquier cosa negativa frente a algo, pongámonos alerta porque esta es la raíz de todo, si en ese momento apaciguamos la negatividad en vez de alimentarla habremos avanzado.

La clave del éxito está en prestar mucha atención a los primeros síntomas, cada uno tendrá que identificar qué sensación física se presenta. En mi caso siento una presión en la parte del chakra corazón; he de confesar que incluso habiendo trabajado por muchos años, en ocasiones me dejo llevar. Ahora bien, como les he venido diciendo este es un trabajo que se realiza día a día, los resultados se verán pero no debemos enfocarnos en eso sino más bien, en lograr gestionar los pequeños o grandes conflictos internos que se presenten a cada momento para no perder nuestro equilibrio.

Para esto es indispensable que en el instante en que sintamos la sintomatología, imaginemos que salimos de nuestro cuerpo y nos convirtamos en observadores, de repente podemos ver y analizar nuestra mente desde fuera, y en ese instante podemos preguntarnos:

  • ¿Siento molestia porque las cosas no están sucediendo como yo quisiera?
  • ¿Estoy observando la situación solo desde mi punto de vista?
  • ¿Mi enfado, negatividad, disgusto, mala actitud frente a la situación cambiarán pueden cambiarla?
  • ¿Tengo control real sobre lo que está pasando o sobre los demás?
  • ¿Vale la pena que pierda mi paz interior por lo que está sucediendo?
  • ¿Qué aprendizaje puedo obtener de lo que me está sucediendo?
  • ¿Qué puedo sacar de positivo en esta situación?

Aunque no lo parezca, detenernos a reflexionar es lo que nos ayuda a quitarle poder a las sensaciones o sentimientos negativos que en ocasiones nos invaden. La clave de la felicidad no es que todo suceda como nuestro ego o identidad lo desean, la clave de la felicidad es que nuestro estado de ánimo sea invulnerable a cualquier factor que no controlemos (exterior).

Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

Video de 60 SEGUNDOS DE REFLEXIÓN 

“Cambia tú y cambiará tu mundo”

FOTO: FOTOLIA.COM