Después de escribir el artículo anterior “El mal hábito de juzgar a los demás”, me percate de que no solo juzgamos los comportamientos de otros sino que también juzgamos todo lo que nos sucede; etiquetamos todas nuestras experiencias como buenas o malas desde nuestros conceptos, y terminamos eventualmente amargados o envenenados.

Las últimas semanas he estado muy ocupada con cosas de trabajo, familia, estudio, etc. esto me llevó a descuidar un poco mi alimentación, he verificado que cuando no como muy bien mi energía del día a día disminuye. Después de unas semanas intensas me enfermé, nada grave pero ya saben lo que es sentirse mal. Por esta razón, tuve que suspender una de las actividades que más me gustan, correr.

No sé ustedes pero a mí el deporte y la buena alimentación me ayudan a tener la energía vital alta. Cuando está alta, tengo claridad mental y por ende mi cabeza está libre de pensamientos negativos. Al variar un poco mis rutinas noto como me cuesta mucho más hacer las actividades, pierdo la creatividad, mi motivación disminuye y por el descenso energético pierdo automáticamente la claridad mental, quedando supeditada a mi ego o mente parlanchina, recordemos que este se alimenta de pensamientos negativos.

Cuando estamos enfocados en cosas que desde nuestro punto de vista no son “buenas”, nuestro estado de ánimo cae en picada. Gracias a todo el trabajo de observación que he hecho y que hago cada día sobre mis pensamientos, intenciones, acciones, etc. pude percatarme de que mi cabeza automáticamente se estaba enfocando en situaciones y comportamientos de otros que ya fuera en el presente, o en el pasado me habían dolido.

Es importante que tengamos en cuenta en este punto que nadie puede hacernos felices o infelices, ese trabajo lo hacemos nosotros permitiendo que otros nos maltraten (hablaré de esto en otro artículo), o juzgando todo lo que nos pasa y lo que hacen los demás como bueno o malo.

No es lo que sucede lo que nos daña sino lo que pensamos sobre lo que sucede.

¿Has oído hablar de la memoria emotiva? Es una técnica que utilizan los actores para darle vida a sus personajes, consiste en buscar en sus recuerdos pasados un evento que los haya hecho sentir la emoción que necesitan expresar. Actualmente, además de está técnica, se utiliza la aplicación de la empatía; aquí el intérprete se adentra en su personaje hasta el punto en que llega a creer que está experimentando la situación, aunque en realidad solo esté sucediendo en su mente.

Si los actores piensan en situaciones o cosas tristes para poder expresar tristeza, en alegres para expresar alegría… ¿No pasará lo mismo cuando nosotros nos enfocamos en recuerdos que nos producen dolor?

Es increíble cómo los seres humanos estamos en donde está nuestra mente, estar presente significa que nuestra mente y nuestro cuerpo están en el mismo lugar. Tristemente esto no sucede muy a menudo, usualmente nuestro cuerpo está aquí y nuestra mente divagando entre el pasado y el futuro.

Las herramientas de actuaciónt que mencioné anteriormente, son válidas para hacer un trabajo y ganar un Oscar, pero en la vida cotidiana hacer esto es equivalente a auto flagelarnos continuamente. Cada vez que rememoramos en nuestra cabeza eventos que nos producen tristeza, esta se apodera de nosotros; por está razón es indispensable que aprendamos a redirigir nuestro pensamiento hacia cosas que nos den alegría en vez de quitárnosla.

Nuestro pensamiento debe dejar de ser automático y pasar a ser consciente, de lo contrario gestionar nuestro estado de ánimo y permanecer en paz será bastante complicado.

¿Qué es pensamiento consciente?

El pensamiento consciente consiste en una fórmula que combina tres ingredientes:

Pensamiento Consciente = Voluntario + Dirigido + Sostenido

Voluntario

No es automático ni espontáneo, aparece en nuestra mente porque lo deseamos, somos nosotros quienes elegimos ponerlo ahí.

Dirigido

Enfocado en puntos que construyan, tenemos el poder de elegir a dónde queremos que vaya. Si nuestro pensamiento automático negativo es que no somos lo suficientemente capaces y este va acompañado con una imagen de fracaso; el pensamiento por el que podemos sustituirlo es que tenemos todas las posibilidades para alcanzar nuestros objetivos y nos visualizaremos alcanzándolos.

Sostenido

Para que todo lo anterior tenga un impacto positivo, es importante que perdure en el tiempo. De nada nos servirá hacer el proceso logrando llegar a un pensamiento positivo y al minuto sustituirlo por otro negativo. Es importante gestionar nuestra mente, no es el ego quien nos dirige, somos nosotros; pero él siempre estará intentando revertir el proceso y llevarnos al inicio, es su manera de mantenerse al mando.

La transformación es un proceso que requiere trabajo, constancia, compromiso y entrenamiento. No renuncies, cada segundo que pase el proceso será más sencillo.

 

Todo lo anterior me llevó a observar los pensamientos e ideas que estaban ocupando espacio en mi cerebro, noté que estaba enfocándome en lo malo, me estaba regodeando en ideas dañinas, tenía que corregir antes de que mi estado de ánimo terminara por los suelos… pero esto lo veremos el siguiente Domingo a través de un cuadernillo de trabajo que podrás utilizar siempre que lo necesites.

Video de 60 Segundos de reflexión relacionado a este artículo.

©Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

“En lo que piensas te conviertes; lo que sientes atraes y lo que imaginas creas” Buda

Foto: fotolia.com