La palabra procrastinar significa diferir, aplazar o posponer ¿Cuántas veces no decimos mejor mañana o ahora lo hago? No sé ustedes pero aunque soy muy disciplinada y comprometida me cuesta mucho arrancar; eso si cuando comienzo algo no hay quien me pare pero para dar el primer paso doy muchas vueltas, pienso bastante y en ocasiones no solo aplazo sino que dejo de hacer por miedo cosas que hubieran salido muy bien y me hubieran reportado bienestar emocional, personal y material.

El verano pasado tuve la posibilidad de ver cómo funciona mi mente procrastinadora, la observé y analicé con el fin de entenderla para así poder desarrollar un procedimiento aplicable, y corregir este hábito tan malsano que se había convertido en parte de mi vida.

En el artículo de hoy hablaré sobre qué me impulsa a posponer, y en el siguiente explicaré los pasos que comencé a aplicar con el fin de aniquilar a la procrastinadora que hay en mí. Les adelanto que por lo pronto va funcionando y la idea de esto es sustituir un hábito negativo (aplazar) por un hábito positivo (actuar).

Observación y análisis

Etapa # 1 Determinar el origen

En esta etapa mi intención era desenmascarar las herramientas que mi mente utilizaba para llevarme a dejar de hacer algo que sabía que era importante y necesario. En mi caso personal, pude observar que habían tres cosas fundamentales que me llevaban a evitar realizar una actividad, estas son el MIEDO, la necesidad de una RECOMPENZA INMEDIATA y la JUSTIFICACIÓN.

Miedo: Me empuja a no iniciar

El miedo nace en nuestro instinto de supervivencia, es una función indispensable para conservar nuestra vida. El problema está en que los peligros a los que nos enfrentamos hoy en día son creaciones mentales que en realidad no atentan contra nuestra integridad.

En las cavernas teníamos que cazar, buscar abrigo, hacer fuego y huir de grandes fieras; nuestra amígdala cerebral estaba alerta todo el tiempo. Actualmente ella responde a lo que según nuestras creencias mentales es un peligro, pero ¡atención!:

Nuestras creencias mentales se han formado a partir de la información que hemos recibido del entorno y esta puede estar muy errada.

Para sobrevivir hoy buscamos ser los más inteligentes, los más guapos, los más exitosos, tener dinero, ser reconocidos, cumplir con los parámetros sociales… Por lo tanto todo lo que no se alinee con esto, para nuestra mente inmediatamente se convierte en un peligro, por esta razón nuestra amígdala responde rápidamente. Entonces incluso teniendo una idea brillante tendemos a aplazarla por ejemplo por miedo a fracasar, si fracaso no tendré reconocimiento, puede que me critiquen, posiblemente pierda dinero…

Necesidad de una recompensa inmediata: Me empuja a renunciar

Nos hemos acostumbrado a que las cosas son sencillas y la recompensa llega rápidamente, como mencioné en el punto anterior antes teníamos que cazar, ahora en cambio vamos al súper; antes teníamos que preparar el animal muerto, organizar el fuego y cocinarlo, ahora podemos ir a un restaurante. Hoy en día queremos ver los resultados ipso facto y sin esfuerzo, por esto cuando comenzamos a hacer una actividad con el fin de conseguir una meta, si no vemos los efectos en breve desistimos a mitad de camino. En conclusión, pasamos de tener que hacer mucho para sobrevivir, a querer todo ¡ya!

Justificación: Me inmoviliza

La justificación es el engaño mental que nos hacemos a nosotros mismos para seguir en nuestra zona de confort. La mente busca razones para no sentirse tan mal por no emprender eso que tanto deseamos pero que por miedo o por falta de perseverancia dejamos a un lado; esto se aplica en cualquier aspecto de nuestras vidas por ejemplo, seguir en un trabajo que nos nos gusta, continuar con una pareja con la que no estamos a gusto, no emprender un negocio, no hacer ejercicio, no alimentarnos sanamente, etc.

Llegamos a decirnos cosas como, no tengo tiempo, es difícil, no tengo quien me ayude, me hace falta dinero, mejor me quedo como estoy, más vale malo conocido que bueno por conocer…

Después de ver de dónde venía esa necesidad de dejar todo a medias o simplemente de no hacerlo, supe que era importante encontrar un proceso que me ayudara a cambiar mi comportamiento, si quería sentirme bien conmigo misma, aumentar mi autoestima y seguridad era clave para superar esa parte procrastinadora que había en mí y que estaba dirigiendo mi día a día.

Nota: La idea principal de este punto es identificar claramente cuales son los detonantes que nos impulsan a procrastinar. En mi caso son estas las causas. Lo seres humanos funcionamos de forma muy similar, pero si sientes que las causas en tu caso son otras, o son estas y alguna más, fantástico, lo importante es hacerla conscientes. Eso sí, no olvides identificarlas todas para poder detenerlas siempre que aparezcan.

Etapa # 2 Buscar una solución

Hace algún tiempo escribí un artículo en el que hablé de cómo sustituir hábitos negativos por positivos, en el explico cómo varios comportamientos malsanos provienen de un comportamiento que los desencadena, explico cómo descubrir dicho comportamiento, y luego comparto un proceso de aplicación para que corrigiendo el origen, se corrijan automáticamente todos los comportamientos tóxicos que se generaban.

Si queremos llegar a algún lugar debemos dividir el camino en pasos, por esta razón siempre diseño un proceso de aplicación para superar cualquier cosa en mi vida o en la vida de mis clientes.

Diseñe un proceso al que llamé ACTÍVATE para pasar de procrastinadora a trabajadora.

Captura de pantalla 2017-09-03 a las 12.21.24.png

Nota: En el siguiente artículo explicaré en qué consiste cada paso para que cada uno pueda aplicarlo en su vida, y si es necesario para que puedan añadir los pasos que cada uno sienta que le hacen falta para lograr el éxito.

Conclusión

Es importante que comencemos a entender que todo lo que pasa en nuestras realidad es responsabilidad única y exclusivamente de nosotros.

Nuestra vida se rige por varias leyes, pero hay dos que si comprendemos y aprendemos a usar correctamente pueden transformar nuestra realidad rápidamente. Estas son la ley de causa y efecto y la ley de correspondencia.

Tengamos en cuenta que el efecto de la inmovilidad es la nada. Si queremos una transformación real es imperativo que trabajemos por ella. Nadie puede hacer el trabajo por nosotros, podemos recibir información y guía, pero la aplicación dependerá de cada uno.

Aplica esto en todos los aspectos de tu vida y podrás hacer realidad todo lo que te propongas, no hablo solo a nivel material, realmente el cambio que más nos favorece es el interno y este cambio será el que refleje esa realidad que tanto deseas.

Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

 

“Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca a donde quieres estar mañana” Walt Disney