En los siguientes post, hablaremos sobre cómo identificar la dependencia afectiva y cómo superarla.

A todos nos gusta tener la posibilidad de compartir con alguien nuestra alegría, nuestras ganas de vivir, de experimentar. Nos gusta encontrar apoyo y fuerzas cuando sentimos que no podemos más, escuchar un consejo o un punto de vista distinto al nuestro, recibir cariño y por qué no decirlo, nos encanta disfrutar sexualmente del otro.

Las relaciones de pareja son la piedra angular de la continuidad de la especie, de la unión de dos cuerpos surge la vida y es el cuidado mutuo y en equipo lo que garantiza la evolución de ese nuevo ser.

No en todos los casos las relaciones se desarrollan de forma saludable, y con saludable me refiero a una relación donde haya libertad, respeto, armonía, independencia, compasión, empatía, generosidad…

Hay personas que viven en pareja por costumbre, algunas por miedo a la soledad, otras por cumplir con los estándares sociales, unas porque desean tener hijos y cuando sienten que se les está acabando el tiempo se acoplan al primero o primera que aparezca con el fin de cumplir sus objetivos. Desde mi punto de vista hay una forma de relacionarnos que es la más destructiva de todas, y esta es cuando caemos en una relación de dependencia donde se permanece en pareja porque erróneamente llegamos a pensar que el objeto de nuestro afecto es quien da sentido a nuestras vidas.

¿Cómo algo tan agradable como el amor, puede convertirse en dependencia?

La dependencia aparece cuando el APEGO ha entrado a formar parte de la relación. Este ocasiona sufrimiento y dolor en nosotros porque siente la necesidad de poseer, controlar, tiene miedo a perder, idolatra e idealiza; por lo tanto, posa su valía como persona, su felicidad y su sentido existencial en el otro. En resumen, el apego es todo lo contrario al amor.

En esta instancia, la pareja comenzará a sentirse ahogada y asfixiada, experimentará el peso en sus hombros debido a la responsabilidad que la persona dependiente está poniendo sobre él/ella, y entonces su instinto de supervivencia la empujará a huir abandonando la pareja, o a atacar terminando los dos atrapados en una relación de víctima y victimario.

Amor vs Dependencia

Cuando somos dependientes perdemos nuestra libertad y autonomía, el problema es que desde nuestra realidad de dependencia inconsciente y egoica, no lo percibimos. En dicha realidad pensamos que nuestra vida no tiene sentido sin el otro y entendiéndolo desde esa perspectiva, tomamos la decisión de entregarnos por completo y soportar lo que para evitar ser abandonados. Es por esto que podemos estar atrapados en la dependencia sin darnos cuenta. Seguramente muchos se estarán preguntando:

–¿Cómo sé si amo o dependo?

No es tan sencillo, pero créanme, auto observándonos muy bien, se puede. El primer paso será analizar nuestros comportamientos y ser muy pero muy sinceros en el proceso.

1.    Observa tu reacción frente a las siguientes preguntas:

  • ¿En su ausencia sientes que algo me falta?
  • ¿Evitas realizar actividades por separado?
  • ¿Cuándo realizan actividades por separado no las disfrutas del todo por estar pensando en lo que él/ella estará haciendo?
  • ¿Piensas bastante en la posibilidad de que otra/o pueda gustarle?
  • ¿Sientes que no eres lo suficientemente bueno para él/ella?
  • ¿Quieres saber en dónde y con quién está en todo momento?
  • ¿Sientes miedo a perderla/o?
  • ¿Sientes y manifiestas celos en muchas ocasiones?
  • ¿Estas dispuesto a abandonar tus sueños para que él/ella permanezca a tu lado?
  • ¿La mayor parte del tiempo haces cosas que no quieres hacer con el fin de que él/ella esté feliz?
  • ¿Sientes que no podrás ser feliz sin él/ella?
  • ¿Se cruza por tu cabeza la idea de que sin él/ella tu vida no tiene sentido?

Si la mayoría de tus respuestas fueron afirmativas, lo más posible es que estés atrapado/a en una relación de dependencia.

2.    Características de una persona dependiente

Al sentir que no puede vivir o ser feliz sin la pareja, busca la forma de que esta sienta lo mismo. Enfoca todas sus acciones en sembrar necesidad en el otro; es decir, no hace las cosas por el simple hecho de dar, sino más bien buscando generar en el otro su misma dependencia pues desde su inconsciencia, esto puede garantizar que el otro permanezca a su lado y así evitar el abandono.

Este comportamiento esclaviza a la persona, ya no habrá libertad en sus palabras o actos. Permanecerá supeditado a comportarse como cree que al otro le gustaría y poco a poco irá perdiendo su identidad y autonomía, sin darse cuenta que con esto lo único que logra es fomentar el abandono o el maltrato.

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La dependencia emocional nos desgasta poco a poco, cada día estamos dispuestos a abandonarnos más. Si recibimos lo que que damos y lo que nos damos, en el momento en que nos abandonamos recibiremos lo mismo. Relacionarnos de esta manera no es sano.

El amor no puede generar dolor o sufrimiento de ningún tipo, si lo genera lo que habrá es apego. El sufrimiento o dolor será proporcional al nivel de apego hacia la persona.

Reflexión

Reacciona y recupera tu autoestima. Ámate, valórate y respétate porque solo de esta manera te harás correspondiente con alguien que al igual que tú, se ame, se respete y se valore a sí mismo y por lo tanto, sea capaz de amar, valorar y respetar a otros.

Nunca olvides que quien  esté a tu lado lo hace porque le gusta como eres, te admira, te valora y te respeta. Hazte consciente de que lo hace porque es capaz de ver que tienes sueños, que eres libre, que te respetas, que tienes autoestima y amor propio… En el momento que dejas de ser tú para convertirte en lo que crees que él/ella querrán, evidentemente dejarás de ser la persona de quien se enamoró.

Si algún día amas a alguien que no te ama, manifiéstale tu amor dejándolo libre. Dale alas para que aunque su vuelo no te incluya sea feliz. Y mientras tanto tú, enfócate en perseguir tus sueños; ten la certeza de que en el camino te toparás con alguien con quien podrás volar.

 

©Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

“Si te gusta una flor no la cortes. Porque si la cortas morirá y dejará de ser aquello que te gustaba. Así que si te gusta una flor déjala estar. El amor se basa en apreciación, no en posesión.” OSHO