Cuando nacemos somos inocentes, no tenemos ninguna información, nuestra mente está libre de creencias, libre de ego; se podría decir que estamos en la luz pero sin ser conscientes de ello. Poco a poco, en la medida que vamos creciendo nuestro ego va tomando forma a partir de todas las falsas creencias que incorporamos en nuestra mente.

Aunque parezca extraño, este es un proceso necesario; nunca podremos valorar la luz si no experimentamos la oscuridad. La idea de este camino que recorremos llamado vida, es llenarnos de sabiduría a partir de nuestro aprendizaje. Para aprender es necesario cometer errores, conocer a nuestro ego, entender qué nos enseña cada circunstancia dolorosa y despertar nuestra consciencia.

¿Qué pensarías si te dijera que la vida es una escuela? Sí, una escuela a la que venimos a aprender a ser felices, a tener paz, a conocer el significado de la palabra amor, etc., ¿crees que tiene sentido?

Evidentemente no me refiero al amor romántico o al enamoramiento, me refiero al amor hacia nosotros, hacia todo y todos los que nos rodean. A poder mantenernos en estado de calma ante todo lo que sucede, sin sentir la necesidad de atacar o defendernos, de culpar, juzgar e interpretar todo. Hablo de la posibilidad de sentirnos plenos en todo momento disfrutando de cada una de las cosas que suceden en nuestras vidas.

Esta convicción es la que me ha ayudado a superar los momentos duros, a aprender de ellos y a transformar mi realidad.

Imagínate que estás en el colegio aprendiendo los números “1,2,3,4,5…” al principio te cuesta, pero en la medida que vas asimilando el significado y que tienen un sentido para ti, te familiarizas con ellos; cada vez es más sencillo. Excelente, has aprendido la lección, después de haber asimilado muy bien los números, comienzas con sumas y restas. Al principio puedes sentir que es complicado, no tener interés y hasta pensar: “¿para qué me puede servir esto?, preferiría estar jugando”, pero la verdad es que algún día te servirá mucho.

Es importante que tengas en cuenta que si no hubieras aprendido los números, no podrías haber pasado a la lección de sumas y restas, habrías tenido que repetir la clase de números las veces que fuera necesario. “Que pesadilla, si no aprendo tendré que repetir y repetir”.

Nuestra vida funciona de la misma manera, día a día se nos presentan retos de los que debemos aprender algo, la cuestión es que estamos tan distraídos o mejor dicho tan atentos al futuro, al pasado, a los anhelos, añoranzas… que en vez de aprender nos dedicamos a repetir y revivir las misma circunstancias una y otra vez.

¿Alguna vez has sentido que estás reviviendo una experiencia que te generó dolor pero que ahora quizás los personajes han cambiado? Entonces puede ser que no hayas aprendido una lección de vida y la estés repitiendo. Eso que te genera sufrimiento solo se desmaterializará cuando comprendas lo que la vida quiere enseñarte.

Hace un tiempo asistí a un curso en el que nos alejábamos de todo por tres días, nada de tecnología, nada de maquillaje, nada de espejos, nada de contacto con el exterior; mejor dicho, nada de nada, solo nosotros, el facilitador del seminario y unos cuantos colaboradores. El taller buscaba determinar tendencias y patrones de comportamiento en nuestra personalidad, nos asignaban un compañero con el que teníamos que compartir no solo el fin de semana sino nuestros miedos, anhelos, inseguridades, experiencias dolorosas, etc. Fue una vivencia muy bonita y enriquecedora, podría decir que fue una especie de renacer porque comprendí que si no aprendía de mis experiencias negativas, estaría destinada a repetirlas por toda mi vida. Ha pasado mucho tiempo ya, pero fue ahí cuando comencé a observar mi vida para aprender y corregir el camino.

“No podemos esperar resultados distintos cometiendo los mismos errores una y otra vez”

Conozco personas que siempre se quejan de la actitud de sus superiores hacia ellos y buscan cambiar de trabajo, lo gracioso es que en el nuevo trabajo se encuentran con la misma situación. Conozco otros que sufren por ser parte de relaciones en las que son víctimas, se sienten maltratados y no son capaces de salir de dicha dinámica, irremediablemente cuando consiguen una nueva pareja, con el tiempo la forma de relacionarse es la misma.

Cuando no aprendemos, nos estancamos en situaciones repetitivas con diferentes protagonistas.

¿Qué hacer para comenzar a aprender y evitar que en mi vida se repitan historias que no me gustan?

Observa tu pasado sin interpretarlo ni juzgarlo, solo observa los patrones repetitivos, las cosas que posiblemente aún vives y has vivido antes, analízalas y reflexiona para encontrarles sentido. La herramienta que yo utilizo es la línea del tiempo.

Anota en tu hoy las cosas y experiencias por las que estás sufriendo, después comienza a buscar situaciones pasadas similares. Posteriormente analiza la manera como actuaste, como reaccionaste, lo que sentiste o produjo en tu interior y en tu comportamiento, etc. presta mucha atención a tus patrones de reacción frente a la situación que estás analizando.

Aunque es difícil, es importante que mientras haces el análisis pienses en qué es lo que la vida está intentando enseñarte. Podría estar queriendo mostrarte que no tienes amor propio, o quizás busque enseñarte a ser generoso, independiente, altruista, etc. todo dependerá de la circunstancia dolorosa que no deja de repetirse.

Por ejemplo, las personas que no tienen amor propio suelen tener relaciones difíciles con quienes los rodean y en muchas ocasiones experimentar maltrato de cualquier tipo, es decir que posiblemente si tu patrón de relaciones afectivas se identifica con ser víctima de un victimario, lo que debas aprender es a amarte y valorarte. Recuerda que si no te amas y te valoras a ti mismo, realmente te estás maltratando y rechazando de forma inconsciente, por consiguiente, estás atrayendo el maltrato a tu vida. «Como es adentro es afuera»

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La verdadera forma de ser felices y vivir en paz es dando lo mejor de nosotros a todo y a todos sin esperar nada a cambio. Para esto es indispensable haber sanado nuestro interior y habernos llenado de amor.

Solo podemos entregar lo que tenemos dentro.

Lo que emana de nosotros regresa multiplicado y si lo que entregamos es buena energía, amor, paz, buenas intenciones, etc. nuestra recompensa será gratificante.

©Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

 

“Toda relación es una relación de dar y recibir. El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar” Deepack Chopra