Muchas veces nos aferramos a ideas, conceptos y comportamientos que creemos nos llevan a la felicidad, pero que si analizamos a profundidad, realmente nos llevan a resistirnos a nuestra realidad alejándonos de la aceptación y empujándonos a la infelicidad. En el artículo de la última semana de Junio, ¿Quién dirige mi diálogo interior?, expliqué que cualquier pensamiento que nos genere sensaciones, sentimientos, emociones, impulsos, etc. que dejen paz en nuestro interior, han nacido en nuestra consciencia; mientras que cualquier pensamiento que genere lo contrario, ha nacido en nuestro ego.
Está claro que para poder alcanzar la paz y la armonía debemos sustituir los conceptos que nos contaminan. Evidentemente cada uno de nosotros tendrá los suyos, pero me gustaría que nos concentráramos en los siguientes:
- Pensar que mi felicidad proviene de alguien o de algo externo.
- Desear que los demás se comporten como yo pienso que deberían comportarse.
- Permanecer en el futuro.
- Permanecer en el pasado.
- Enfocarme en ser mejor que los demás en vez de en ser mejor que mi yo de ayer.
En los artículos anteriores trabajamos el primero y el segundo, hoy nos concentraremos en el tercero: Permanecer en el futuro.
Saboteador # 3 Permanecer en el futuro
La mayor parte del tiempo, nos resistimos al presente e imaginamos un futuro que pensamos nos hará felices, sin percatarnos de que el único lugar donde podemos ser verdaderamente felices es aquí y ahora. Debemos tener en cuenta, que la manera más sencilla de corregir el curso de lo que posiblemente no nos satisface, es aceptándolo para poder verlo con objetividad, y actuar en el presente de manera adecuada con el fin de poder transformar nuestros resultados.
Estamos acostumbrados a buscar la felicidad en el exterior, error garrafal. La felicidad es un estado mentales el que elegimos estar, es decir, se origina en nuestro interior. No depende ni dependerá de algo o de alguien diferente a nosotros.
Esta confusión originada en nuestras falsas creencias y por lo tanto en nuestro ego, nos lleva a diseñar una serie de acontecimientos futuros imaginarios que deben hacerse realidad para alcanzar el estado deseado. Pensamos que el día que consigamos el trabajo soñado, la pareja ideal, el cuerpo perfecto, la casa adecuada, el coche último modelo, el poder, el reconocimiento… ese día lograremos estar plenos. Si observas bien, ese día no es hoy, ese día es una proyección imaginaria en el tiempo que según tu ego, te proporcionará lo que necesitas y cubrirá cualquier carencia que puedas tener.
Cabe resaltar que como la felicidad es un estado mental que nosotros mismos elegimos, si lo enfocamos en el exterior, podemos conseguir todo lo que anhelamos y experimentar satisfacción momentánea, pero al perderla crearemos una nueva expectativa y continuaremos con el ciclo enfermizo de permanecer en el futuro que solo nos aleja de experimentar el presente.
Solo podemos ser felices en el presente
En el momento que nos hacemos esclavos de una expectativa, aparece el miedo a que lo que esperamos no se haga realidad, posteriormente aparece la ansiedad, que es la respuesta física del miedo y después la necesidad de controlar.
Ciclo generador de la Ansiedad
La falta de presencia, las expectativas, el miedo, la ansiedad, la necesidad de control, más expectativas… hacen que permanezcamos en un estado continuo de insatisfacción, por lo tanto la búsqueda de eso que creíamos que nos haría tan felices, realmente solo nos está generando infelicidad en el presente.
Sacrificamos nuestro hoy por la promesa del mañana, aún sin tener la certeza de que alcanzaremos esa expectativa futura o de si realmente nos proporcionará lo que buscamos.
Si analizas bien la frase anterior, entenderás que este comportamiento no tiene sentido, estamos pagando un precio muy alto, estamos empeñando nuestra vida. En resumen en vez de acercarnos a la felicidad, nos estamos alejando.
- Permanecer en el futuro a corto plazo
Controlar el tráfico, el comportamiento de alguien, el clima…
- Permanecer en el futuro a mediano plazo
Evolución profesional, que una relación avance a un nivel más alto, que un viaje sea como lo imaginaste…
- Permanecer en el futuro a largo plazo
Proyecciones de alcanzar reconocimiento, poder o lo que sea, cumplimiento de estándares sociales…
Quiero aclarar que tener propósitos es los más sano del mundo, desear crecer profesionalmente, económicamente, afectivamente, etc. nos impulsa a evolucionar y a ser mejores. La disfunción no está en soñar y en tener metas, la disfunción está en pensar que eso que buscamos será lo que nos proporcione la felicidad.
Si no logramos ser felices por nosotros, viviremos persiguiendo lo que no tenemos toda nuestra vida; mientras que si logramos estar plenos por nosotros mismos hoy, no dependeremos de sueños futuros sino que más bien, estos serán un complemento de nuestra felicidad.
Apegarnos a un resultado específico solamente nos roba la paz y nos aleja de la felicidad del día a día. Concéntrate en el hoy, entrega lo mejor de ti a todo y a todos. Cada instante, cada sensación, cada persona que te cruzas es un mundo de innumerables experiencias, ¡disfruta de todo y de todos! Ten la plena seguridad de que si siembras buenas semillas, tu cosecha será fantástica. No sientas miedo si las cosas no van por donde crees que deberían ir, la vida y el universo nos ofrecen infinitas posibilidades y quizás lo que estemos sembrando en nuestro presente, de un mejor resultado de lo que esperamos.
Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com
«Cuando te haces amigo del momento presente, te sientes como en casa donde quiera que estés, si no te sientes cómodo en el ahora, te sentirás incomodo donde quiera que vayas.» Eckhart Tolle