Recordemos que nuestra mente pensante está compuesta por dos polaridades, la consciencia o el ser (nuestro sabio interior) y el ego (nuestra ignorancia interior). Cuando permitimos que nuestro ego lleve el mando de nuestra vida, estamos sumergidos en el miedo, ajenos al presente, amarrados a sensaciones pasadas dolorosas y apegados a un futuro que nos de lo que desde dicha ignorancia, creemos erróneamente que nos acercará a la felicidad o nos dará la salvación. De lo anterior nacen las expectativas y la necesidad de controlar a todo y a todos; esta necesidad de controlar es el origen de nuevos miedos y estos miedos de más anhelo de control. En resumen, se alimentan mutuamente. “La esencia del Ego vs la esencia del Ser”
El control es la trampa que utiliza el ego para mantenernos dormidos.
En muchos artículos he mencionado que no tenemos la capacidad de controlar nada aparte de a nosotros mismos. Intentar modificar el clima, el tráfico, el resultado de un juego, la forma de actuar de nuestra pareja, la actitud o el comportamiento de quienes nos rodean… es imposible. La disfunción está en que desde pequeños nos han enseñado a buscar la solución, la felicidad y la plenitud en cosas externas.
La sociedad y el marketing nos bombardean con imágenes de actores y actrices representando el papel de gente feliz. Estas imágenes se graban en nosotros produciendo una creencia limitante (la felicidad está en el exterior o en cosas materiales); de tal manera que nos visualizamos a futuro de forma similar. Es en este momento cuando comenzamos a hacernos esclavos de las expectativas, del miedo a que estas no se hagan realidad y posteriormente a la profunda necesidad de controlar a todo y a todos; sin darnos cuenta que dicha necesidad nos aprisiona, nos trae amargura y nos aleja de disfrutar nuestra vida.
Lo único que podemos controlar es nuestra actitud y la manera en la que reaccionamos frente a los sucesos externos.
Las cosas son como son, el pasado no puede ser cambiado y el futuro es incierto. No tiene sentido que nos resistamos a lo que ya es; lo que sí tiene sentido, y mucho, es aprender de nuestras experiencias para no repetirlas y poder sembrar en nuestro presente semillas que nos generen resultados satisfactorios.
Todo lo que sucede en nuestra vida es el resultado de nuestro comportamiento en el pasado, aprendamos de él y comportémonos de tal forma que comencemos a atraer a nuestras vidas vivencias satisfactorias.
Estamos atrapados en una rueda de hámster que cada día nos consume más y más, sumidos en un ciclo que produce resultados negativos y que nos impide fluir y experimentar nuestro ahora, para poder crear a través de nuestros actos (pensamiento palabra, obra) e intenciones un futuro que nos de plenitud verdadera.
Cosecharás lo que siembres
Si nos apegamos a que en nuestro futuro haya algo determinado y nos cerramos a un resultado en concreto, estamos bloqueando la energía y entorpeciendo todo el proceso, porque estamos partiendo de una expectativa. Quizás eso que creemos que es lo mejor para nosotros no lo sea.
Me gustaría dejar muy claro que los resultados satisfactorios de los que hablo, son experiencias que nos produzcan felicidad y plenitud, pero que no están alineados con los límites mentales de nuestro ego. Es decir, son resultados futuros inciertos, armónicos pero inciertos, no traerán insatisfacción, sufrimiento o dolor; traerán paz, equilibrio, armonía… más no están delimitados por características impuestas por nuestra mente parlanchina y por nuestras expectativas.
Ciclo de Generación de Resultados Insatisfactorios 
Ciclo Generador de Resultados Satisfactorios
Si analizamos detenidamente los diagramas anteriores, podremos observar que en nuestras manos está la responsabilidad de disfrutar o de sufrir nuestra vida. Nuestros pensamientos crean nuestra vida a cada instante, es indispensable comenzar a gestionar la información que hay en nuestra mente ya que en base a esta, percibimos todo lo que pasa a nuestro alrededor en cada momento, y eso que percibimos nos hace pensar de forma positiva o negativa.
–¿Cómo puedo gestionar mis pensamientos si la mayor parte del tiempo están en piloto automático?
– La respuesta es bastante simple, nuestros pensamientos están en piloto automático mientras sea nuestro ego el que guíe el timón.
– Pero… ¿cómo identifico que es mi ego y no mi consciencia quien lleva el mando?
– Fácil, porque cualquier pensamiento que proviene de tu ego genera molestia, dolor, insatisfacción y resistencia.
– Hmmm… ¿cómo puedo hacer para que sea mi consciencia y mi ser quienes me guíen?, ¿cómo le quito el mando al ego?
– Entrégate al momento presente, no te resistas a nada, el ego no puede sobrevivir en el ahora, él se alimenta de los miedos cristalizados del pasado y del deseo de un futuro donde todas sus expectativas se hagan realidad.
Fluye, acepta lo que es y no te resistas, aprende de todo lo que vives a cada segundo y enfócate en dar lo mejor de ti a todos y a todo. Prométete hoy mismo que cada cosa que hagas de aquí en adelante la harás con amor, sin dobles intenciones, sin esperar nada a cambio y con mucha dedicación.
– Pero eso es muy difícil.
– Comienza eliminando la palabra DIFÍCIL y DI FÁCIL.
– Jajajajaja que sencillo ves todo, ojalá yo pudiera ser como tú.
– Mejor sé tú, cada uno de nosotros tiene mucho que entregar, pero para entregarlo, primero tienes que entregártelo a ti misma. Valórate, comienza a amar todo lo que eres, siente la conexión con todo lo que te rodea, llénate de amor, de alegría y de felicidad con la intención de poder entregar ese amor, esa alegría y esa felicidad a todas las personas que se crucen por tu camino.
Llénate de valor y auto-obsérvate para poder corregir en ti lo que no te gusta del entorno. Reconocer nuestras carencias y errores es un reto, pero es la única manera de transformarnos. Trabaja en ti, entrénate y no te rindas, cada segundo que pasa será más sencillo estar atenta a tus actos.
Tú eres el observador de tu realidad, y el observador, influye sobre lo observado. Lo que ves afuera, es lo que hay en tu interior. Si en ti hay cosas buenas, por ley de causa y efecto y ley de correspondencia todo lo que te rodee y tenga lugar en tu vida será igual o mejor.
Cuando deseamos controlar, realmente estamos entregando el control a las circunstancias y a los demás sobre nosotros. La única manera de disfrutar la vida es aprendiendo a fluir. La conversación anterior fue el granito que me empujó al cambio; no ha sido fácil, pero realmente ha valido la pena. No importa cuánto más tenga que corregir en mí, ya no tengo prisa. Solo sé que dejando de culpar y de juzgar a los demás, comenzando a poner la atención en mí, corrigiendo mi comportamiento y dando siempre lo mejor he transformado mis resultados, y aunque se presentan retos en mi experiencia, hoy puedo decir:
¡¡¡AL FIN SOY VERDADERAMENTE FELIZ!!!
©Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com
«No es el cambio lo que produce dolor, sino la resistencia a el.» Buda