Cada día interactuó con muchas personas, todas distintas, con diferentes caracteres, personalidades, aptitudes, culturas, etc. He descubierto un elemento generalizado, y es que casi siempre piensan de forma negativa frente a cualquier circunstancia o estímulo externo. Es decir, me he percatado de que cuando no saben algo con certeza o no controlan una situación, inmediatamente son dominados por una polaridad negativa.
He escuchado cosas cosas como: me quieren hacer daño, no quieren que progrese, tengo mala suerte, nada me sale bien, me tienen envidia e infinidad de ideas que les hacen perder la paz y por consiguiente la posibilidad de disfrutar.
Seguramente habrán escuchado la siguiente afirmación: “PIENSA MAL Y ACERTARÁS”, yo la practiqué por muchos años hasta que me di cuenta de que esa creencia falsa y negativa me hacía estar a la defensiva, y me robaba la capacidad de compartir sanamente, de dar lo mejor de mí y sobretodo de ser feliz y disfrutar lo simple de la vida. En aquel momento decidí que esa afirmación dejaría de formar parte de mi existencia, y la sustituí por una nueva: “PIENSA BIEN Y PERMANECERÁS EN PAZ”.
Hace algunos años tuve la oportunidad de hacer un curso llamado ALQUIMIA DEL PENSAMIENTO impartido por GERARDO SHMEDLING, persona por quien siento una infinita admiración, pues me enseñó la mayor parte de la información que ha transformado mi realidad. En este, nos enseñó que un pensamiento puro nos lleva a una palabra amorosa, los dos anteriores nos hacen actuar de manera sabia y todos juntos construyen nuestras experiencias de cada día.
Recordemos los artículos «Ley de Causa y Efecto» y «Ley de Correspondencia». En el primero, aprendimos que con nuestra actitud (pensamiento – palabra – obra), percepción y respuesta a las experiencias que vivimos hoy, estamos generando nuestro futuro ya sea próximo o lejano. Ahora bien, si nuestra actitud, percepción y respuesta frente a las experiencias nace de nuestra mente, y nuestra mente está contaminada con información negativa (falsas creencias, limitaciones, rencor, envidia, culpa, egoísmo, egocentrismo…), los resultados que estemos produciendo no serán satisfactorios.
En el segundo analizamos cómo nuestra correspondencia presente es el cúmulo de experiencias, situaciones, circunstancias y vivencias que nos merecemos como resultado del conjunto de actitudes, intenciones y acciones pasadas en consonancia con la ley de causa y efecto. En resumen, la ley de correspondencia consiste en qué todo lo que hay en mi día a día es mi responsabilidad y sucede como reflejo de nuestros actos.
Supongamos que queremos correr una maratón, para cumplir nuestro propósito deberemos aprender unas técnicas, comprometernos y entrenar hasta adquirir la capacidad para alcanzar nuestro objetivo. Puede que algunos días nos cueste más trabajo, que otros sintamos que no lo lograremos, pero está claro que si no nos detenemos, conseguiremos nuestro cometido.
El pensamiento del ser humano funciona de la misma manera, si deseo transformarlo debo entrenarme y ser constante para obtener un resultado satisfactorio.
Nuestra forma de pensar acerca de lo que nos sucede y de quien nos rodea es lo que nos genera sufrimiento, nos hemos hecho esclavos del pensamiento negativo automático y nos hacemos infinidad de películas hollywoodenses que nos atrapan y nos hacen perder la objetividad. Al perder la objetividad es imposible concentrarnos en la solución de lo que estamos viviendo, quedamos atrapados e inmóviles, pues al responsabilizar al entorno de nuestros resultados, lo que en verdad estamos haciendo es maniatándonos y perpetuando las experiencias desagradables. «Desintoxicando Tu Mente»
Igual que los deportistas entrenan para ser buenos en un deporte, comencemos nosotros a entrenarnos con el fin de orientar nuestras imágenes mentales hacia donde deseamos, cada uno de nuestros pensamientos es una pauta que se manifestará en nuestra realidad material. Es el momento de purificar la información que hay en nuestro cerebro, de sustituir las creencias negativas por positivas, de soltar toda la basura que por años nos ha contaminado y nos ha esclavizado intoxicándonos y entorpeciendo la forma en la que nos relacionamos con el entorno y con nuestros semejantes.
“En lo que tú crees, eso mismo tú creas” cita del libro EL KYBALION
Si crees que todos desean atacarte, esa será la realidad en la que vivas; si crees en un mundo de armonía y tolerancia, ten la seguridad de que vivirás en él.
Lograrás ser invulnerable a los impulsos externos el día que asumas la responsabilidad de tus pensamientos, intenciones, palabras, acciones y te entregues al flujo de la vida comprometiéndote a sembrar semillas positivas para tu futuro.
Nadie podrá atacarte, nadie podrá ofenderte y nadie podrá dañarte si tu mente no lo permite. Alguna vez alguien muy especial me dijo: “la fuerza que tiene algo sobre ti, es la que tú le das”, hasta hace muy poco logré comprenderlo, y hoy me comprometo a no volver a darle fuerza a nada negativo en mi vida.
Y tú… ¿te comprometes?
©Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com
“Piensa en lo que estás haciendo en este momento, o piensa en cosas que te traigan paz. Evita dar cabida a pensamientos negativos o preocupaciones inútiles. Si no puedes pensar bien sobre algo o alguien, mejor piensa en otra cosa” Gerardo Shmedling