Anteriormente nos hemos acercado al concepto «Ley de Causa y Efecto», en pocas palabras esta ley consiste en que con nuestras actitudes (pensamientos – palabras – obras) e intenciones del presente estamos generando nuestro futuro. En resumen, todo lo que hay en nosotros está destinado a regresar, todo lo que emana de nuestro ser, será lo que experimentemos en nuestra realidad y recibiremos lo que hemos dado.

Estamos generando una realidad externa que es correspondiente con nuestra realidad interna. Nuestra correspondencia presente es el cúmulo de experiencias, situaciones, circunstancias y vivencias que nos merecemos como resultado del conjunto de actitudes, intenciones y acciones pasadas en consonancia con la ley de causa y efecto.

La Ley de Correspondencia consiste en que todo lo que hay en nuestro día a día es nuestra responsabilidad y sucede en sincronía perfecta pues es el reflejo de nuestros actos. Entonces lo que vemos afuera es un espejo que nos revela lo que tenemos dentro.

img_2773

Transformando nuestra Correspondencia

Asume la Responsabilidad

El primer paso para corregir lo que no nos gusta del entorno o de la realidad que percibimos, es hacernos conscientes de que sólo nosotros y nadie más que nosotros hemos creado dicha realidad. Cuando algo no nos gusta pretendemos que el otro cambie para que esa realidad o esa actitud ya no nos moleste, sin darnos cuenta que la única manera de cambiar esa actitud en el otro, es reconociéndola en nosotros mismos con el fin de que ya no la proyectemos en nuestro exterior. «Ley del Espejo»

Analiza tu Resultados

La manera más sencilla de saber si mis acciones pasadas han sido correctas o no, es analizar mis resultados presentes. Gerardo Schmedling utilizaba un ejercicio muy revelador que consiste en calificar de 1 a 10 los siguientes indicadores:

  • Salud (¿Cómo está tu mente y tu cuerpo?)
  • Recursos (¿Tienes todo lo que necesitas?)
  • Relaciones (¿Cómo son tus relaciones con las personas que te rodean?)
  • Paz interior (¿Cómo reaccionas ante los impulsos externos?)

Es importante ser muy sinceros con nosotros mismos, de nada sirve engañarnos cuando lo que queremos es transformarnos. Si nuestros resultados no son satisfactorios sabremos que nuestras actitudes, acciones e intenciones pasadas no han sido tan acertadas como creemos.

Reconocer y Aceptar el Error

Nos han enseñado a avergonzarnos de nuestros errores, existe la falsa creencia de que equivocarnos está mal pues esto nos aleja de los parámetros de perfección establecidos por la sociedad; esto sí que está bastante errado. Los errores son la herramienta más preciada que tenemos para nuestra transformación, aceptándolos y reconociéndolos podremos corregirlos y comprender lo que generan en nuestras vidas, de esta forma sentiremos la necesidad de no repetirlos; mientras que si los escondemos, nunca podrán ser alquimizados a través del aprendizaje para convertirlos en luz y sabiduría.

Las líneas de la Correspondencia

Con la intención de descubrir que comportamientos están generando nuestra realidad hagamos el siguiente ejercicio:

  1. Escribe cualquier actitud, intención o acción negativa que hayas logrado identificar en una línea recta.
  2. En una línea paralela a la anterior, escribe todos los resultados que has experimentado y que te han generado insatisfacción.
  3. Une las dos paralelas mediante flechas estableciendo la relación entre las causas y los efectos de tu realidad.

La idea de este ejercicio es identificar nuestros comportamientos más profundos y trascendentales, pero pondré un ejemplo superficial con el fin de visualizar el ejercicio.

captura-de-pantalla-2016-11-29-a-las-14-45-50

Aplica el Aprendizaje

Si queremos un resultado diferente, debemos actuar de manera diferente; está claro que no podemos esperar un efecto distinto si permanecemos teniendo los mismos comportamientos. La línea de correspondencia nos ayuda a identificar errores que no hemos visto. Recordemos que para poder corregir algo, primero tenemos que reconocerlo, responsabilizarnos y hacernos conscientes de las consecuencias y el impacto que tiene lo que hacemos día a día en nuestra realidad.

Sabiendo que estamos materializando circunstancias que no nos gustan, retomamos el control y asumimos el poder de cambiar nuestro entorno cambiando nosotros primero, y por lo tanto, creando una correspondencia satisfactoria.

 

Conclusión

Comprender la ley de correspondencia nos ayudará a tomar el control de nuestras vidas, a asumir que somos responsables de todo lo que vivimos. Siendo responsables nos liberaremos de culpar a los demás y de hacernos víctimas de lo que nos rodea, del re-sentimiento y de la necesidad de hacer justicia o vengarnos de nuestros supuestos victimarios, de la baja autoestima y de la posibilidad de somatizar enfermedades.

Estamos donde nos corresponde estar, vivimos lo que nos corresponde vivir y experimentamos lo que nos corresponde experimentar. Cada uno de nosotros tiene el poder de transformar su vida. Habiéndonos transformado, podremos unirnos para hacer de este mundo un lugar mejor.

   Si asumes que tu vida actual ha sido creada por ti dejarás de luchar, de resistirte, tus miedos desaparecerán, la angustia quedará en el pasado, y lo más importante, dejarás de sufrir, porque sabrás que todo es perfecto y que tienes el potencial suficiente para construir la vida que sueñas, si logras recrearla primero en tu interior.

Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

“Lo que tú crees eso mismo tú creas” cita del libro EL KYBALION