Está claro que recibimos lo que damos, siempre he escuchado que el ser humano cosecha lo que siembra y esto es una realidad. En muchas ocasiones me he dado cuenta de que aunque realicemos una buena acción lo que regresa a nosotros no es tan positivo ¿Por qué si he realizado una acción positiva no recibo lo mismo? o ¿Por qué si actuó de una manera que siento que es correcta mis resultados no son satisfactorios?
A partir de estas preguntas, sentí la necesidad de reflexionar sobre las ocasiones en las que mis resultados no habían sido tan adecuados, y me di cuenta de que detrás de una acción siempre hay una intención, y que si esta no está en sincronía perfecta con la acción, se genera un flujo negativo.
Acción positiva + intención negativa = corto circuito
Estamos conectados con el universo, es él quien recibe nuestra lista de deseos y se encarga de manifestarlos; a esto se refieren muchos sabios cuando dicen que creer es crear. Hay que tener muy claro que si el universo está conectado con nosotros, este percibirá nuestros sueños e intenciones tal y como son, no podemos engañarlo. Cuando él percibe intenciones o pensamientos negativos en nosotros, inmediatamente los comprende como una falla en el sistema y entonces en vez de materializar nuestros deseos, terminamos por materializar en nuestras vidas situaciones o experiencias que posiblemente no deseamos.
La disfunción está en que alojamos infinidad de ideas negativas y positivas en nuestra mente, sin percatarnos de que esas ideas son los planos que el universo está recibiendo para construir nuestra realidad.
Somos los únicos responsables de todo lo que estamos generando en nuestras vidas.
¿Qué es la intención?
La intención es el origen, el combustible de la energía creadora y la acción es el motor, por lo tanto si hay algún esbozo de doble intención (combustible puro + combustible impuro), se frena inmediatamente el resultado porque la acción (motor) no funcionará correctamente. Es indispensable que cada acto que realizamos lo realicemos por el beneficio que el acto en sí tiene sobre el entorno, es decir, desde el corazón y de manera altruista; no por lo que esperemos recibir o pueda generar para nosotros dicho acto.
Si yo comparto con alguien y lo hago porque quiero que esa persona me quiera o me regrese lo que hago, inmediatamente freno el proceso y por lo tanto no recibiré nada, pues la intención de compartir no está siendo pura. Un combustible contaminado no permite que el motor funcione como debería y esto se aplica a cualquier proyecto, objetivo, sueño o deseo que haya en nuestra mente.
Cuando tus acciones están motivadas por la pureza del corazón y no por el ego, activas la capacidad creadora que hay en ti. Recibirás todo lo que sea parte de tu personalidad hacia todo y hacia todos, si eres generoso con todo lo que te rodea, el entorno y el universo serán generosos contigo.
¿Cómo lograr que nuestra intención sea pura?
En varias ocasiones he puesto a los niños como ejemplo, lo hago porque ellos son inocentes y no están contaminados por el entorno o las creencias limitantes, por esto, me gusta analizar e imitar su comportamiento. Cuando en la calle un niño de dos o tres años que no conoces te sonríe ¿Qué sucede dentro de ti? Estoy segura que te sientes atraído por ese niño, muy probablemente se generará en ti una sensación de agrado, tendrás ganas de sonreírle y hasta jugar con él, querrás expresarle lo bonito que es.
¿Cómo un niño que no conoces con una simple sonrisa ha generado en ti estas reacciones? La respuesta es sencilla, el niño no espera nada de ti, no sabe quién eres ni qué puedes ofrecerle y seguramente, no le importa, no necesita nada de ti, simplemente le gustaste y sintió la necesidad de expresarlo regalándote una sonrisa que logró llamar tu atención y cautivarte, generando en ti la necesidad de regresar la sonrisa y otras cosas más.
¡¡¡BINGO!!!, cuando damos algo de forma desinteresada, recibimos lo que damos ¡¡¡MULTIPLICADO!!!
El secreto es tener la intención pura y desinteresada tras cada una de nuestras acciones, hacerlo porque lo sentimos y lo deseamos, sin esperar nada, hacerlo desde nuestro niño interior, desde nuestra inocencia. Cuando esperas algo a cambio contaminas la información que das al universo y a los que te rodean frenando cualquier posibilidad creadora.
¿Cómo utilizar la intención para crear y atraer lo que queremos a nuestra vida?
Lo más importante es que nuestra intención debe buscar el beneficio común y no el individual. Supongamos que nuestro sueño es ser una gran bailarina bailarina, analicemos el por qué de nuestro deseo desde la intención pura y desde la intención contaminada.
Si nos damos cuenta la intención pura se basa en la motivación de entregar nuestra energía interior al exterior, es decir, en función de dar, mientras que en la intención contaminada la motivación de nuestra acción está en función de recibir.
Hacemos algo no por el simple hecho de disfrutar sino por el beneficio que obtendré.
Cuando tenemos intención pura el deseo o propósito se materializa fácilmente, todo fluye y se manifiesta rápidamente, mientras que cuando la intención está contaminada el esfuerzo para llegar al resultado es demasiado, genera desgaste físico y mental, frustración, se entorpece el proceso, todo se complica y nos desgasta. Por lo tanto, podemos renunciar en el camino hacia nuestro sueño o cumplir nuestra meta pagando un precio altísimo sin obtener los resultados que nos gustarían.
Liberemos nuestros deseos desde el corazón, entreguémoslos al universo y aceptemos el camino como se va dando. Todo tiene una sincronía perfecta, cumpliremos nuestras metas y nuestros sueños, sólo tenemos que confiar en que el resultado será el adecuado, y poner la intención correcta a todas nuestras acciones hacia dicha meta. Cuando las cosas no son como queremos, aunque no lo entendamos, hay una razón por la cual es necesario que suceda de esa manera, si aceptamos y aprendemos de dichas circunstancias, posiblemente nuestros resultados serán mejores de lo que esperamos.
¡CONFÍA, CREE EN TI Y ENTRÉGATE AL FLUJO DE LA VIDA!
Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com
“El amor es feliz cuando puede dar algo, el ego es feliz cuando puede recibir algo” OSHO